Las musarañas son mamíferos pequeños parecidos a los topos que a veces se confunden con ratones. Pero a diferencia de la mayoría de los mamíferos, algunas especies de musarañas son venenosas. Una de ellas es la musaraña de cola corta, Blarina brevicauda. En esta especie el veneno se puede transferirse a sus objetivos de multiples maneras: a través de espinas, aguijones o garras. A diferencia de los dientes de muchos animales venenosos, que son huecos, los dientes de las musarañas presentan un surco en los laterales que actúan como un canal para la transmisión del líquido. Se cree que las musarañas usan principalmente su veneno para inmovilizar a los pequeños insectos y lombrices de tierra de los que se alimentan. En este caso, la ponzoña es un tipo de conservante; la presa queda paralizada y almacenada en la madriguera de la musaraña. Paralizar a la presa, en lugar de simplemente matarla, la mantiene fresca por más tiempo, después de todo. Las musarañas comen al menos su propio peso corporal todos los días de modo que, sin la capacidad de almacenar alimentos, esto sería difícil de lograr para el mamífero, especialmente en invierno, cuando las presas escasean.
Foto: Gilles Gonthier/ Wikimedia Commons