Dos observatorios astronómicos en Europa y Estados unidos captan señales de una onda gravitacional supermasiva resultante de la colisión de dos agujeros negros más potente nunca observada. La explosión se originó hace unos 7.000 millones de años, antes de la formación del sistema solar, su explicación desconcierta a la comunidad científica, incapaz de explicar el fenómeno con las teorías astrofísicas actuales.