El análisis de unas huellas fosilizadas en la playa de Matalascañas, en Huelva, revela que este enclave era un lugar de paso asiduo para estos homínidos, que pudieron cazar y pescar en las inmediaciones. Se trata de las primeras huellas neandertales descubiertas en la Península Ibérica y las más antiguas del Pleistoceno superior en todo el mundo.