El imperio azteca fue una de las unidades políticas más importantes de la América precolombina. Gracias a una alianza político-militar, los aztecas impusieron su civilización entre los siglos XIV y XVI. Dominaron el centro y sur del actual México, e incluso parte de Guatemala, llegando a abarcar un territorio de alrededor de 300.000 km². Su cultura y economía fueron muy prósperas: se desarrollaron avanzadas técnicas agrícolas, se fomentó la industria textil y minera, se estableció un floreciente comercio de alimentos, artesanía y esclavos y se levantaron singulares construcciones arquitectónicas como las pirámides escalonadas. Además de cobrar tributos a los pueblos sometidos, obtenían prisioneros para realizar sacrificios humanos y así recibir el favor de los dioses. El fin de los aztecas llegó con la conquista española. Varios pueblos indígenas se aliaron con Hernán Cortés, que tomó la ciudad de Tenochtitlán el 12 de agosto de 1521, derrocando a Cuauhtémoc, el último de los emperadores aztecas.