¿Cuántas nutrias quedan en Alemania? ¿Por que hábitats se extienden hoy los tritones crestados cuyas poblaciones parecen estar en descenso en Europa?¿Y los erizos urbanos que tienen que lidiar con problemas diferentes a los de sus congéneres rurales? Cualquiera que desee proteger eficazmente una especie debería poder responder a estas preguntas. Sin embargo en muchas ocasiones esto no es nada fácil , ya que muchos animales permanecen ocultos a los ojos del ser humano y de sus depredadores, e incluso sus excrementos pueden ser difíciles de encontrar para los expertos.

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Esto es así hasta el punto que a menudo es difícil saber exactamente si las poblaciones de una especie se están reduciendo, cómo se está produciendo esta paulatina disminución o dónde se encuentran los supervivientes restantes. Y es que según afirma la doctora Annegret Grimm-Seyfarth del Centro Helmholtz para la Investigación Ambiental UFZ: "necesitamos saber más sobre estas especies con urgencia, pero para ello primero necesitamos saber donde están".

Con la ayuda de estos perros perros detectores, según los autores, las especies buscadas son susceptibles de ser encontradas de una manera más rápida y efectiva que con otros métodos

Según la investigadora, autora principal de un artículo que se publica esta semana en la revista especializada Methods in Ecology and Evolution bajo el título Detection dogs in nature conservation: A database on their world‐wide deployment with a review on breeds used and their performance compared to other methods, las listas de animales y plantas en peligro de extinción de la Tierra son cada vez más largas y para detener esta tendencia es necesaria cada vez más información". "A menudo es difícil averiguar exactamente dónde se pueden encontrar las especies individuales y cómo se están desarrollando sus poblaciones", continúa. "Los perros detectores especialmente entrenados pueden ser indispensables en tales casos". Y es que con la ayuda de estos perros, según los autores, las especies buscadas son susceptibles de ser encontradas de una manera más rápida y efectiva que con otros métodos.

La teledetección con imágenes aéreas y satelitales es útil para mapear paisajes abiertos o detectar animales más grandes, sin embargo cuando se trata de áreas densamente cubiertas de vegetación y especies ocultas más pequeñas, los expertos tienen que trabajar con cámaras, trampas y otros trucos similares, o bien ser ellos mismos quienes realicen las tareas de búsqueda y rastreo. Otras técnicas, como por ejemplo analizar trazas de ADN ambiental, también han despertado un interés creciente en todo el mundo en los últimos años.

No obstante, el empleo de perros detectores especialmente entrenados también puede ser particularmente útil en estas tareas de localización. Después de todo, mientras que los humanos tienen alrededor de seis millones de receptores olfativos, un perro pastor tiene más de 200 millones y un beagle incluso 300 millones, es decir el sentido del olfato de un perro está prácticamente predestinado a encontrar los rastros más pequeños de la especie objetivo. Esto significa que los perros pueden percibir una amplia gama de olores, a menudo en concentraciones mínimas. Por ejemplo, pueden encontrar fácilmente excrementos de animales en un bosque; plantas, hongos e incluso animales bajo tierra, y esto es precisamente de que el equipo de Grimm-Seyfarth quiere poner en valor.

Mucho más que un perro trufero

En la UFZ, los perros detectores ya han demostrado sus habilidades en varios proyectos de investigación. "Para poder evaluar mejor su potencial, queríamos saber cómo se han utilizado anteriormente los perros de detección en todo el mundo", explica la investigadora que, junto a su compañera de facultad Wiebke Harms y la doctora Anne Berger del Instituto Leibniz para la Investigación Zoológica y la Vida Silvestre (IZW) de Berlín, ha evaluado 1220 publicaciones que documentan el empleo de perros de búsqueda y rastreo en más de 60 países. "Estábamos especialmente interesados ​​en qué razas de perros se estaban utilizando, qué especies se suponía que debían rastrear y qué tan bien se desempeñaban en sus labores", puntualiza Grimm-Seyfarth.

La experiencia más larga con perros detectores se encuentra en Nueva Zelanda, donde los perros han estado rastreando aves amenazadas desde más o menos el año 1890. Desde entonces, la idea se ha implementado en muchas otras regiones, especialmente en América del Norte y Europa, donde los estudios analizados se centraron principalmente en encontrar animales, así como sus hábitats y huellas. De este modo, los perros se han utilizado para encontrar más de 400 especies animales diferentes, por lo general mamíferos entre los que destacan felinos, cánidos, osos y martas. También se han utilizado para encontrar aves e insectos, como 42 especies de plantas diferentes, 26 especies de hongos y 6 especies de bacterias. "Estas no siempre son especies en peligro de extinción; los perros a veces también olfatean plagas como los escarabajos de la corteza o plantas invasoras como la ambrosía" matiza la autora principal del artículo.

Un detective de pura raza

"En principio, se puede entrenar a todas las razas de perros para estas tareas", continúa. "Pero algunos de ellos pueden requerir más trabajo que otros". Los pinscher y schnauzer, por ejemplo, ahora tienen más probabilidades de ser criados como perros de compañía y, por lo tanto, están menos motivados para rastrear especies. Los terriers tienden a abatir inmediatamente a sus objetivos, lo que, por supuesto, no es deseable.

Labradores, Retrievers, Border Collies y Pastores alemanes se encuentran entre los perros detectores más populares en todo el mundo

Los pointers y setters, por otro lado, han sido criados especialmente por cazadores de todo del mundo para encontrar y señalar la presa, pero sin cazarla. Es por eso que estas razas se utilizan a menudo en proyectos de investigación y conservación en América del Norte, Gran Bretaña y Escandinavia para detectar aves que se reproducen en el suelo como perdices y urogallos. Por su parte, los perros perdigueros y pastores también tienen cualidades que los hacen buenos para rastrear especies; están ansiosos por aprender, son fáciles de motivar, disfrutan trabajando con las personas y, en general, no tienen un fuerte instinto de caza. Es por eso que los Labradores, Retrievers, Border Collies y Pastores alemanes se encuentran entre los perros detectores más populares en todo el mundo.

Por ejemplo, Zammy, el Border Collie de Grimm-Seyfarth, aprendió siendo un cachorro a rastrear los excrementos de las nutrias. Esta es una contribución valiosa a la investigación porque los excrementos se pueden analizar genéticamente para averiguar de qué individuo provienen, cómo se relaciona con otros conespecíficos y qué ha comido. Sin embargo, incluso para los humanos más experimentados, estos rastros reveladores no son tan fáciles de encontrar. Los excrementos, especialmente los pequeños y de colores oscuros, son fáciles de pasar por alto. Los perros, al contrario, olfatean incluso los excrementos más insignificantes sin distinción. En un estudio anterior de UFZ, encontraron cuatro veces más excrementos que los investigadores humanos solos.

Annegret Grimm-Seyfarth con su perro de detección especialmente entrenado "Zammy
Foto: André Künzelmann / UFZ

También, según el presente el estudio, muchos otros equipos de investigación de todo el mundo han tenido experiencias igualmente buenas, y en casi el 90% de los casos los perros funcionaron de manera mucho más efectiva que otros métodos de detección. En comparación con las cámaras trampa, por ejemplo, detectaron entre 3,7 y 4,7 veces más osos negros, martas y gatos monteses, además de que suelen llegar a su destino con especial rapidez. "Pueden encontrar una sola planta en un campo de fútbol en muy poco tiempo", dice Grimm-Seyfarth. "Incluso pueden descubrir las partes subterráneas de las plantas".

Sin embargo, para ser realistas, es importante reseñar que en ciertos casos no es el método más adecuado Los rinocerontes, por ejemplo, dejan sus grandes montones de excrementos claramente visibles en los caminos para que los humanos puedan encontrarlos fácilmente por sí mismos, por lo que en este caso y en el de especies similares, el empleo de canes supondría un derroche de recursos. Otras especies identifican a los perros salvajes como enemigos, por lo que los perros detectores tienen más probabilidades de ser encontrados, cazados y de ser ellos las presas, antes que ser el "cazador".

Los científicos que han llevado a cabo la investigación pronto lanzarán un nuevo proyecto en el que los perros ayudarán a encontrar plantas invasoras.

"No obstante, en la mayoría de los casos en los que los perros no se desempeñaron tan bien la culpa es de un entrenamiento deficiente", defiende Grimm-Seyfarth. La investigadora sostiene que un buen entrenamiento del animal es el factor más importante para el éxito de los perros detectores. "Si se selecciona el perro adecuado, se sabe lo suficiente sobre la especie objetivo y se diseña el estudio en consecuencia, este puede ser un método de detección excelente". En la actualidad ella y sus colegas ya están planificando nuevas aplicaciones útiles para estos perros de detección. Pronto lanzarán un nuevo proyecto en el que los perros ayudarán a los investigadores a encontrar plantas invasoras. Una vez más resultarán ser el mejor amigo del hombre, también en empresas tan nobles como la protección de la naturaleza.