Los zoológicos están en el punto de mira de muchas asociaciones ecologistas y animalistas. Sin embargo, estos recintos no siempre responden a la idea denostada que muchos tratan de ofrecer sobre ellos: la de una cárcel de animales en la que estos "sobreviven" en condiciones indignas y poco éticas para el disfrute del ser humano. Y aunque si bien hace algún tiempo, y en algunas ocasiones, incluso en la actualidad, esto ha podido ser así, a lo largo de la historia podemos también encontrar algunos ejemplos de como los zoológicos, más que un instrumento lúdico con el que hacer negocio, han resultado la última oportunidad para la supervivencia de diversas especies.

Urraca verde de Java - Cissa thalassina
Foto: Cordon Press

Cuando los ingleses llegaron a los Estados Unidos, se encontraron con un nuevo animal que no habían visto nunca y que abundaban en las recién descubiertas tierras del Nuevo Mundo, los búfalos americanos. Antes de su llegada, el búfalo americano, del que diversas tribus nativas de América del Norte obtenían alimento, abrigo y combustible, era considerado toda una deidad. De hecho, así sigue siendo en la actualidad para los indios Sioux o Lakota. Sin embargo, con el posterior asentamiento de los ingleses, debido al valor de las pieles de estos animales, se produjo una auténtica matanza situando en muy poco tiempo a la especie al borde de la extinción. De este modo, tan solo unas décadas de después de que las poblaciones de las grandes llanuras se contaran por millones de búfalos, hacia el año 1890 el censo de estos bóvidos herbívoros sería de apenas unos 750 ejemplares.

Fue entonces que gracias a la acción del zoológico del Bronx de Nueva York, que mantuvo una manada de supervivientes, la especie tuvo una segunda oportunidad en el Parque natural de Yellowstone y otras reservas naturales de Estados Unidos. Se calcula que en la actualidad unos 30.000 bisontes viven en libertad en continente americano y que la población total, contando con los que se crían en cautividad para el consumo de su carne, se acerca hoy a los 500.000 individuos, nada comparado con las estimaciones previas a la llegada de los Europeos a las Américas, que hablan de entre 10 y 60 millones de Búfalos.

Zoológicos, un arca de Noé genética

Hoy, aunque con herramientas diferentes a las empleadas en 1890, la batalla por la conservación continua en los zoológicos de todo el mundo. Así, un ejemplo más actual es el llevado a cabo por los conservacionistas del zoológico de Chester, en Reino Unido, quienes han comenzado a congelar muestras de tejido de los animales más raros del mundo en la batalla para salvar a cientos de especies de la extinción.

Rinoceronte negro del este - Diceros bicornis
Foto: Cordon Press

Los científicos del zoológico se han asociado con algunos de los principales expertos en reproducción animal del Reino Unido para formar Nature's SAFE, uno de los biobancos más grandes de Europa dedicado a preservar y regenerar las células de los animales más preciados del planeta.

De este modo, pequeñas muestras de tejido de ovarios, testículos y orejas de animales fallecidos en el zoológico ya están siendo congelados y almacenados criogénicamente a temperaturas de -196°C utilizando nitrógeno líquido. Los científicos afirman que en el futuro, a medida que avancen las tecnologías reproductivas, las muestras de tejido congeladas podrán usarse para conservar más especies a nivel mundial mediante la generación de esperma y óvulos, lo que permitirá a los conservacionistas restaurar especies animales en peligro de extinción.

Rana gigante de las zanjas - Leptodactylus fallax
Foto: Cordon Press

Gracias a las contribuciones del zoológico de Chester, el biobanco ha conservado criogénicamente con éxito tipos de células de más de 100 especies animales altamente amenazadas, entre las que se incluye el rinoceronte negro del este, la rana gigante de las zanjas, la urraca verde de Java y el jaguar, en peligro crítico de extinción.

La doctora Sue Walker, jefa de ciencia en el zoológico de Chester y cofundadora de Nature's SAFE, expresa que: "con los acervos genéticos y las poblaciones de animales cada vez más reducidos en la naturaleza, el trabajo de los zoológicos de conservación modernos como el nuestro nunca ha sido tan importante". "Las tecnologías, como la criopreservación, nos ofrecen una pieza nueva y crítica del rompecabezas de la conservación" continúa, " y nos proporciona un último cartucho para salvaguardar la continuidad en el mundo de muchos animales que en este momento, lamentablemente, estamos en camino de perder", sentencia.

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