Estrellas, nubes, una lluvia de meteoros y un volcán. Si a todo ello añades un lugar privilegiado para la observación del cielo nocturno, más la pericia y paciencia de un fotógrafo experimentado como Cristián Aguirre, el resultado es este increíble timelapse en que podemos apreciar una de las lluvias de estrellas -junto a las Cuadrántidas- de mayor actividad, y que se pueden contemplar tanto en el hemisferio Norte como en el hemisferio Sur. Hablamos de las Gemínidas.
La última lluvia de estrellas del año
Cada año, a mediados de diciembre, las Gemínidas hacen su aparición en el firmamento cerca de la constelación de Géminis, de la cual reciben su nombre. En astronomía este concepto recibe el nombre de radiante, que no es otra cosa que el lugar del cielo del cual parecen proceder. Y decimos "parecen", por que en realidad, pese a la denominación popular del fenómeno, ni se trata de estrellas, ni proceden de Géminis, la constelación vecina del arquero Orión.
Aunque el hecho no le quita belleza, observadas por primera vez en 1862, las Gemínidas son en realidad los meteoros procedentes de un asteroide llamado Faetón que a finales de cada año se aproxima a nuestro planeta, y el cual se cree, aunque no a ciencia cierta, que podría ser la parte desprendida de una roca espacial aún más grande llamada Palas; uno de los asteroides de mayor envergadura de nuestro sistema solar.
Esta lluvia de estrellas cuenta además con una característica especial, y es que como hemos dicho procede de los restos de un asteroide, al contrario de otras que se pueden observar durante diferentes épocas del año que, por regla general, tienen su origen en el desprendimiento de materiales de la cola de diferentes cometas.
A las faldas de un volcán
100 meteoros por hora es la cantidad de objetos iluminados en el cielo que un observador experto puede llegar a contemplar en una noche libre de nubes y sin luna durante el pico de las Gemínidas, que este 2020 se ha producido entre las noches de los días 13 y 14 de diciembre. Para ello el lugar elegido por Aguirre fueron las inmediaciones del Volcán Villarrica, situado en la región chilena de la Araucanía y el cual podemos apreciar en la breve película, aunque no por ello menos intensa, elaborada por el fotógrafo.
Con 2.847 metros sobre el nivel del mar, Villarrica, un estratovolcán de una forma cónica casi perfecta y uno de los más activos de América del Sur, proporcionó el paisaje perfecto para un telón de fondo estrellado con el que despedir el año. "Fue una increíble noche de vivac gozando de la caída de incontables estrellas fugaces" expresa el autor del vídeo. "Doy gracias a la vida por ser tan afortunado" añade en las líneas que nos dedica al compartir con nosotros su trabajo, y que aquí, a su vez, compartimos con vosotros.