Es una de las conclusiones del nuevo estudio titulado From deep to shallow seas: Antarctic king crab on the move publicado recientemente en la revista Ecology de la Sociedad Americana de Ecología (ESA por sus siglas en inglés). El trabajo es la culminación de 15 años de investigación en la que sus autores arrojan luz sobre la historia de la especie Paralomis birsteini, también conocida como centollón o cangrejo rey, y en el cual se estipula que esta especie de cangrejo decápodo podría estar preparado para colonizar nuevos ecosistemas en el océano Antártico. Estos ecosistemas, además, según los autores, se presentan extremadamente sensibles a la introducción de nuevos depredadores.
"Llevamos más de 10 años escribiendo la historia de estos cangrejos”
Ya en 2005, el biólogo Sven Thatje barajaba la idea de que a medida que el mundo se calentara, teóricamente no habría ninguna razón para que una especie de cangrejo real como Paralomis birsteini no migrara hacia las aguas poco profundas de la Antártida, donde los cangrejos no han vivido durante al menos 16 millones de años. De hecho, ya hace tiempo que los científicos están familiarizados con la historia natural de los cangrejos reales en aguas poco profundas y en latitudes más templadas. Sin embargo, a diferencia de otros océanos, las aguas más someras del océano Antártico tienden a ser más frías que sus aguas profundas; las preferidas por estos cangrejos con afinidad por temperaturas superiores a los 0,5 ºC.
No obstante, durante los últimos 15 años y con la ayuda de un equipo internacional de científicos de las universidades de South Hampton, Alabama y el Instituto de Tecnología de Florida, Thatje ha estado estudiando estrechamente a esta especia de cangrejos. Ahora gracias a más de 100.000 fotos del fondo marino los científicos comprenden a la perfección que comen, cómo cazan y cuándo, cómo se reproducen y otras tantas facetas de su comportamiento y ciclo de vida, incluidos sus patrones migratorios o frecuencia de muda.

"Llevamos más de 10 años escribiendo la historia de estos cangrejos” declara Thatje. “Hace 15 años, cuando publiqué el primer artículo sobre ellos, todo lo que teníamos eran datos fisiológicos. Todo era teoría. De hecho, no teníamos apenas registros de cangrejos reales en aguas antárticas", añade. No obstante ahora el equipo de Thatje lo sabe casi todo sobre Paralomis birsteini. "Se trata de una especie que ha permanecido en el "carril lento" de la vida", explica a modo de metáfora. Con esto, lo que el investigador quiere dar a entender es que en comparación con sus parientes de aguas más cálidas, estos cangrejos crecen, maduran e incuso se mueven mucho más lentamente. Es decir, hacen gala de lo que los investigadores han venido a denominar como hipometabolismo: el metabolismo llevado al mínimo necesario para la supervivencia.
Foto: Cortesia de R.B. Aronson, J.B. McClintock y la Fundación Nacional para la Ciencia
Así, estos cangrejos ponen menos huevos, pero invierten muchos más recursos en sus larvas. Para tener una referencia diremos que muchas especies de cangrejos, incluidos cangrejos costeros o cangrejos comestibles, ponen entre dos y tres millones de huevos. La cifra para los cangrejos reales antárticos se sitúa entre dos y tres mil. Y esos huevos tardan dos años en eclosionar, mucho en comparación con una incubación de unos pocos meses en aguas más templadas. “Crecen muy lentamente”, dice Thatje. “Pueden necesitar hasta 24 años para madurar. Mudan una vez cada dos años. Probablemente sean muy longevos y alcancen potencialmente los 40 años o más", aclara.
La operación centollón
Los cangrejos reales viven en el límite inferior de las temperaturas que pueden soportar. Las temperaturas frías del agua superficial de la Antártida solían mantenerlos confinados en las aguas más profundas.No obstante a medida que los océanos se calientan, ese límite inferior de temperatura se está desplazando. De hecho ahora, aunque lentamente, las aguas más cálidas de los fondos antárticos se desplazan a estratos cada vez más superiores por la plataforma y el talud del continente, lo que permite que los cangrejos reales desplacen con ellas.

“Es raro que un ecólogo vea probadas sus teorías durante su vida”, comenta Thatje haciendo alusión a las elucubraciones que se hacía hace más de una década. “Pero estamos siendo testigos de este cambio en tiempo real y de que se está produciendo, además, mucho más rápido de lo que habíamos anticipado”. Ese cambio rápido puede significar la destrucción de algunos ecosistemas de la plataforma antártica que ha evolucionado durante al menos 16 millones de años en ausencia de depredadores importantes."Si los cangrejos reales alcanzan estos nuevos fondos, tienen el potencial de devastar las comunidades allí establecidas y de cambiar la estructura misma de los ecosistemas"., concluye.