A pesar de la gran cantidad de fósiles de dientes de tiburón que existen, los restos de esqueletos y otras partes del cuerpo de estos peces cartilaginosos no son tan comunes. De ahí que los científicos en muchas ocasiones tengan que recurrir a la imaginación para hacerse una idea de la morfología de los especímenes prehistóricos, como los tatarabuelos de los actuales tiburones.

Por este motivo, un equipo de paleontólogos suizos se sorprendieron al encontrar en las montañas orientales del Pequeño Atlas, en Marruecos, varios cráneos y un esqueleto casi completo de dos especie de tiburones primitivos del género Phoebus, de los cuales hasta ahora solo se tenía registro fósil de sus dientes de tres cúspides y algunas espinas de las aletas. El hallazgo, descrito recientemente en la publicación especializada Proceedings of the Royal Society B, ha permitido saber a los científicos que estas antiguas criaturas prehistóricas tenían un cuerpo con forma de anguila y un hocico largo, lo que los emparentaría con los actuales tiburones anguila: Chlamydoselachus anguineus.

La clave está en los dientes

Una de las diferencias más notables, según afirma Kristian Klug, paleontólogos de la Universidad de Zurich y coautor del estudio, es que los tiburones modernos cuentan con dientes dentados que les permiten cortar sus presas antes de ingerir las piezas mientras que los tiburones Pheobus y los de gorguera (los tiburones anguila) cuentan con dientes de forma cónica apunando hacia adentro, lo que les sirve para capturar presas, pero no para descuartizarlas.

Los restos fosilizados de Phoebus habitaban una cuenca marina poco profunda hace entre aproximadamente 360 y 370 millones de años. Cuando murieron, los bajos niveles de oxígeno de la zona crearon un ambiente sin casi oxígeno que preservó los fósiles en buen estado de conservación.

El origen de los peces cartilaginosos

Además de indagar en las particularidades morfológicas de este pez prehistórico, los investigadores también han arrojado nueva luz sobre el origen de la especie y su relación con otros taxones, como la especie carbonífera Thrinacodus gracia. Según los paleontólogos, el análisis filogenético sitúa a ambos taxones dentro de la familia de los elasmobranquios. Pero eso no es todo, el estudio de los dientes de Pheobodus proporcionan un marcador plausible que permitiría extender el rango de esta subclase en el devónico medio (hace cerca de 380 millones de años), lo que nos daría una nueva fecha para el origen de los peces cartilaginosos.

Los investigadores concluyen además que la forma anguiliforme de Phoebus no tiene precedentes en el registro fósil, y su aspecto encaja más con los modernos tiburones de gorguera que con cualquier otro miembro del registro fósil, lo cual prueba, según los autores del estudio, la gran disparidad morfológica de los primeros elasmobranquios.