El descubrimiento de un sifonóforo gigante de 45 metros de largo -una colonia de pequeños cnidarios cuyos individuos especializados en diferentes tareas se unen para trabajar en equipo- fue solo uno de los varios e increibles descubrimientos jamás registrados en las profundidades de los mares de Australia.

El hallazgo de esta y cerca de otra treintena de especies ha sido posible gracias al trabajo del equipo liderado por la doctora Nerida Wilson, del Museo de Australia Occidental, que junto a colegas de la Universidad de Curtin, Geoscience Australia y el Instituto de Oceanografía Scripps, se embarcaron en una expedición subamarina por los cañones de Ningaloo, en el Océano Índico. Empleando un robot submarino bautizado como ROV SuBastian, Wilson y su equipo se sumergieron hasta los 4.500 metros de profundidad en 20 inmersiones que se saldaron con un total de 181 horas de investigacion submarina.

Durante la expedición, los científicos recolectaron los primeros hidroides gigantes en Australia, descubrieron grandes comunidades de esponjas de vidrio en Cape Range Canyon y observaron por primera vez en Australia Occidental al calamar pulpo bioluminiscente de Taning -Taningia danae-, el pepino de mar de cola larga y muchos otros moluscos, percebes y especies de langosta.

El equipo también encontró el espécimen más grande del sifonóforo gigante Apolemia jamás registrado. "Sospechábamos que estas áreas de aguas profundas serían diversas, pero nos sorprendió la importancia de lo que vimos", explica Wilson. La expedición es parte de la iniciativa de la Schmidt Ocean Institute en Australia y el Pacífico para llevar a cabo una serie de expediciones de ciencia e ingeniería con equipos de científicos e investigadores de todo el mundo.

Gracias al robot subacuático ROV SuBastian, los científicos por primera vez pudieron explorar los cañones y arrecifes de coral de aguas profundas de un modo nunca antes visto. El material de archivo y las muestras recolectadas de los océanos que rodean Australia tendrán tanto implicaciones para la sostenibilidad y protección de estos ecosistemas submarinos como para hábitats similares en todo el mundo que se encuentran en peligro debido al aumento de la temperatura del océano y otras amenazas ambientales.

"Nuestro planeta está profundamente interconectado, lo que sucede en las profundidades del mar impacta en la vida en la tierra, y viceversa. Esta investigación es vital para avanzar en nuestra comprensión de esa conexión y la importancia de proteger estos frágiles ecosistemas" afirma Wendy Schmidt, cofundadora del Schmidt Ocean Institute. "Los cañones de Ningaloo son solo una de las muchas maravillas submarinas que estamos a punto de descubrir y que pueden ayudarnos a comprender mucho mejor nuestro planeta ".