Los elasmobranquios -la exitosa subclase de peces cartilaginosos entre los que se incluyen tiburones, rayas y quimeras- aparecieron por primera vez en los océanos de la Tierra durante el Devónico tardío, hace aproximadamente 380 millones de años. Desde entonces han evolucionado para cumplir una amplia gama de funciones ecológicas, situándose en la mayoría de los casos en las posiciones superiores de las cadenas tróficas de los ecosistemas que habitan.

Así, cuando normalmente pensamos en esta clase de animales, concretamente en los tiburones, es fácil hacerlo en términos de grandes y temidos depredadores. Sin embargo, entre la gran variedad de elasmobranquios modernos podemos encontrar algunos que, lejos de ser carnívoros y cazadores, se alimentan a base de plancton. Entre los tiburones encontramos especies como el tiburón ballena - Rhincodon typus-, el tiburón peregrino -Cetorhinus maximus- o el tiburón boquiancho- Megachasma pelagios . En el caso de la rayas, de cuerpos lisos y aplanados y aletas en forma de alas, especies como la raya diablo o manta cornuda, Mobula spp. o la manta gigante, mobula bitrostis.
Foto: Vullo et al.
Ahora no obstante, destacando entre rayas y tiburones, un equipo de científicos de la universidad francesa de Universidad de Rennes 1, ha hallado un fósil que parece situarse en un punto intermedio. Los pormenores del descubrimiento se describen esta semana en un artículo publicado en la revista Science bajo el título Manta-like planktivorous sharks in Late Cretaceous oceans.
Según Romain Vullo, investigador del departamento de Geociencias de la Universidad de Rennes 1 adscrito al Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia y autor principal del estudio, Aquilolamna milarcae, que es como la especie extinta recién descubierta ha sido bautizada, "presenta muchas características parecidas a las de las mantas, Entre estas destacan unas aletas pectorales inusualmente largas y delgadas y una boca ancha aparentemente adaptada para la alimentación por filtración". "Sin embargo, este elasmobranquio alado también tenía un cuerpo y una cola alargados, parecidos a un torpedo y que culminaba en una distinguible aleta caudal similar a la de muchas otras especies de tiburones" añade.
Foto: Vullo et al
Los fósiles, descubiertos al norte de México, indican que esta especie única que habitó los mares durante el cretácico tardío, hace unos 66 millones de años, surcaba los mares dándose un festín de plancton mientras planeaba por el agua con sus aletas largas y delgadas. Según las hipótesis de los investigadores hubo de tratarse de un nadador relativamente lento, que usaba tanto sus largas aletas pectorales como su cola para planear por el agua mientras recogía el plancton suspendido gracia a su gran boca.
Los hallazgos demuestran que las aletas en forma de alas evolucionaron de forma independiente en cada linaje principal de elasmobranquios filtradores. También sitúan el planeo submarino más de 30 millones de años antes a la aparición de rasgos similares en mantas y móbulas.