Dos nuevas especies de anguila eléctrica, incluida una capaz de proporcionar una descarga eléctrica muy superior a la informada anteriormente se describen esta semana en el artículo titulado Unexpected species diversity in electric eels with a description of the strongest living bioelectricity generator y publicado en la revista especializada Nature Communications. La descarga registrada, de 860 voltios para la especie recientemente identificada Electrophorus voltai convierten a este animal en el generador de bioelectricidad vivo más potente hasta la fecha.
Electrophorus voltai es el animal generador de bioelectricidad vivo más potente hasta la fecha.
Los científicos saben desde hace más de 250 años que las anguilas eléctricas, las cuales envían electricidad a través del agua para aturdir a sus presas, viven en la cuenca del Amazonas. Están ampliamente distribuidos por pantanos, arroyos y ríos de todo el norte de América del Sur, y hasta el momento se creía que pertenecían a una sola especie.
Sin embargo, mediante el análisis genético moderno, los investigadores del Museo Nacional de Historia Natural Smithsonian han descubierto que las anguilas eléctricas de la cuenca del Amazonas pertenecen a tres especies diferentes que evolucionaron de un ancestro compartido hace millones de años.
Así, C. David de Santana investigador asociado en la división de peces del museo y sus colegas examinaron 107 especímenes de anguila eléctrica de toda la Amazonia y basándose en los datos del ADN mitocondrial y nuclear, la morfología y las distribuciones geográficas y ecológicas de la anguila, los autores concluyeron que existen tres especies comunes de Eletrophorus: E. electricus, E. voltai y E. varii.
Los autores concluyeron que existen tres especies comunes de Eletrophorus: E. electricus, E. voltai y E. varii
Se sabe que unas 250 especies de peces generadores de electricidad viven en América del Sur, aunque las anguilas eléctricas son las únicas que usan su electricidad para cazar y en defensa propia. Al igual que otros peces eléctricos, también navegan y se comunican con la electricidad que producen. Las anguilas eléctricas inspiraron el diseño de la primera batería en 1799, y a medida que los investigadores aprendieron más sobre cómo generan suficiente electricidad para aturdir a un animal grande, los científicos e ingenieros obtuvieron nuevas ideas sobre cómo mejorar ciertas tecnología y posiblemente incluso tratar como algunas enfermedades.
Como parte de ese esfuerzo, de Santana examinó de cerca las muestras de anguila eléctrica que él y sus colegas habían recolectado en el Amazonas en los últimos seis años. Todos los especímenes se veían casi iguales. Al no encontrar características externas en los peces que distinguieran claramente a los diferentes grupos a primera vista, De Santana recurrió al ADN de los animales y encontró diferencias genéticas que indicaban que sus 107 especímenes representaban tres especies diferentes.
Al volver a examinar a los animales con los resultados genéticos en la mano, encontró diferencias físicas sutiles correspondientes a los tres grupos genéticos. Determinó que cada especie tiene su propia forma de cráneo única, así como características definitorias en la aleta pectoral y una disposición distintiva de poros en el cuerpo.
Joyas del Amazonas
Cada especie también tiene su propia distribución geográfica. La reconocida Electrophorus electricus, que alguna vez se pensó que estaba ampliamente distribuida en todo el continente, en realidad parece estar limitada a las tierras altas del Escudo Guayanés, una antigua formación geológica donde las aguas cristalinas caen sobre rápidos y caídas. Electrophorus voltai, una de las dos especies recién descubiertas, vive principalmente más al sur en el Escudo Brasileño, una región montañosa similar. La tercera especie, Electrophorus varii, bautizada por el difunto ictiólogo del Smithsonian Richard Vari, nada a través de las aguas turbias y lentas de las tierras bajas del río Amazonas.
Basado en comparaciones genéticas, de Santana y sus colegas determinaron que dos grupos de anguilas eléctricas comenzaron a evolucionar en América del Sur hace aproximadamente 7,1 millones de años. Uno, el ancestro común de E. voltai y E. electricus, vivía en las aguas claras de las antiguas tierras altas, mientras que E. varii vivía en las tierras bajas, cuyas aguas turbias estaban llenas de minerales y, en consecuencia, conducían la electricidad de manera más eficiente: una distinción aparentemente importante para las anguilas eléctricas, cuya descarga no viajaría tan lejos en entornos donde la conductividad es baja.
Los científicos también descubrieron que E. voltai puede producir una descarga eléctrica de 860 voltios, muy por encima de los 650 voltios citados anteriormente para Electrophorus. Algo muy a tener en cuenta a la hora de cruzarse con estos animales, ya que la descarga media que un ser humano puede soportar se sitúa en un rango de entre los 220 y los 250 voltios.
E. voltai puede producir una descarga eléctrica de 860 voltios, muy por encima de los 650 citados anteriormente para Electrophorus
"La identificación de estas dos nuevas especies de anguila eléctrica destaca cuánto queda por descubrir dentro de la selva amazónica, uno de los puntos críticos de biodiversidad de la Tierra, así como la importancia de proteger y preservar este entorno amenazado" declara líder del estudio C. David de Santana. “Estos peces llegan a medir entre entre 2 y 2 metros y medio de largo. Son realmente llamativos", añade. "Si puedes descubrir una nueva especie dos metros y medio de largo después de 250 años de exploración científica, ¿te imaginas lo que queda por descubrir en esa región?" sentencia dejando caer una pregunta que invita a la reflexión.