Agosto ha sido un mes complicado en lo que a incendios se refiere. Ningún continente se ha librado del fuego, pero la zona de la que más se habla es de la gran cantidad de incendios que están destruyendo el Amazonas. Aún no se puede saber si el área afectada por incendios es mayor que la del año pasado, pero sí se conoce que, como apuntan desde Greenpeace, el número de incendios surgidos entre enero y finales de agosto ha sido un 145% mayor que en el mismo período de 2018. Aunque también es cierto que el número de incendios de este año no es mayor que la media de los últimos 18 años (desde que los satélites de la NASA son capaces de monitorizarlos), según los datos científicos.

¿Por qué se habla tanto de los incendios de la Amazonía?

Más allá de los intereses políticos y económicos, el Amazonas tiene un altísimo valor medioambiental y es esencial en el clima a nivel global. Como explica Diego Miralles, responsable del departamento de Ecología y Clima de la Universidad de Gante, "la importancia del Amazonas para el clima global es incuestionable. Proporciona oxígeno, retiene CO2, y afecta los patrones de temperatura y precipitación en gran parte del planeta". Es decir, se trata de un ecosistema que afecta a nivel no solo local, sino también y de manera significativa a escala global.

"La importancia del Amazonas para el clima global es incuestionable. Proporciona oxígeno, retiene CO2, y afecta los patrones de temperatura y precipitación en gran parte del planeta" explica Diego Miralles, del departamento de Ecología y Clima de la Universidad de Gante

Un incendio cada 1.000 años

Como apunta Víctor Resco de Dios, profesor de Incendios Forestales y Cambio Global de la Universitat de Lleida, a través de un artículo en The Conversation, estos bosques han evolucionado bajo una frecuencia muy baja de incendios: a lo sumo se daban una vez cada 400 - 1.000 años. Este intervalo de tiempo es mayor que la longevidad de la mayoría de las especies tropicales y, por tanto, la mayoría de esos árboles no experimentaron ningún incendio durante su vida.

Sin embargo en el caso español es distinto. El registro fósil indica que, a diferencia del bosque tropical, los incendios sí eran frecuentes en las Canarias incluso antes de la llegada del hombre, explica Resco de Dios. En términos generales, la severidad será mucho menor en estos bosques que en los amazónicos, ya que sus especies muestran adaptaciones para recuperarse tras los incendios, apunta el investigador.

El avance de los incendios

La manera de avanzar de los incendios también es completamente distinta según el tipo de vegetación y el clima. En palabras de Resco de Dios, un incendio que arrasa un bosque tropical por primera vez no deja imágenes impresionantes, pero quema de forma muy severa. El frente de llama es muy bajo, no llegaría ni a la rodilla, pero el avance es extremadamente lento: entre unos 100 y 150 metros al día. Al propagarse tan lentamente, se consume la base de los troncos y se induce la muerte de un gran porcentaje de los árboles existentes. Los árboles más delgados son los más afectados al ser los que tienen un menor grosor de corteza. El incendio no solamente mata un elevado número de árboles, sino que consume las semillas existentes en la hojarasca o en las capas más superficiales del suelo. Además, los suelos se ven empobrecidos, ya que una parte de los nutrientes se volatiliza durante el incendio y la erosión aumenta. Todo ello hace que la recuperación del bosque tras el incendio sea improbable.

Por su parte, en Canarias, los incendios son distintos. Este año el incendio más devastador ha sido el de Gran Canaria, con 10.000 hectáreas quemadas y con llamas que han alcanzado los 50 metros. Sin embargo aunque esta intensidad de llama es mucho mayor que la del bosque tropical cabe esperar una pronta recuperación de la mayoría de los ecosistemas afectados, ya que las especies españolas sí están adaptadas a los incendios, nos explica el investigador de la Universidad de Lleida.


Recuperación de los ecosistemas

"Recuperar un bosque tropical es muy difícil: se trata de bosques con muchos años y con muchas especies distintas. Es prioritaria su conservación a día de hoy. Todavía no hemos llegado a un umbral crítico que haga necesarias ese tipo de operaciones, por lo que su preservación es prioritaria a una muy complicada recuperación", nos comenta Resco de Dios a través de un correo electrónico.

La recuperación del ecosistema en el caso español parece que será más rápida pero, ¿serán necesaria la actuación humana para revertir el desastre? "En lo que respecta a Gran Canaria, a priori no creo que sean necesarias acciones de recuperación tampoco, pero en este caso porque lo más probable es que el ecosistema se recupere sin intervención. En algún caso particular, puede ser necesaria la introducción de algún endemismo macaronésico que haya podido ser afectado, pero en algún caso muy puntual. Por ejemplo, el pino canario, uno de los árboles predominantes en la zona quemada, tiene la capacidad de rebrotar y es de esperar que el paisaje se recupere en cuestión de lustros".

En el caso del incendio de Gran Canaria lo más probable es que el ecosistema se recupere sin intervención, nos explica Resco de Dios, investigador de la Universitat de Lleida

¿Más incendios en el futuro?

Evidentemente una de las preocupaciones es la prevención de cara al futuro. En este caso también existen importantes diferencias entre los incendios tropicales y los de España. "En el caso amazónico depende, en gran parte, de la política que se siga: son incendios principalmente ligados a la deforestación y, ayudados por el cambio climático, pueden ser cada vez más frecuentes", explica Resco de Dios.
Sin embargo, en el caso canario, si seguimos como hasta ahora, no hay duda de que los incendios serán cada vez de mayor intensidad. Se acumula mucha vegetación tras el éxodo rural, y a más vegetación más combustible lo que, unido a unas condiciones cada vez más secas y calurosas, favorece la ocurrencia de incendios de mayor intensidad.

Que haya más incendios en el amazonas depende, en gran parte, de la política que se siga: son incendios principalmente ligados a la deforestación y, ayudados por el cambio climático, pueden ser cada vez más frecuentes", explica Resco de Dios.

Es decir, por extraño que parezca por la lejanía del Amazonas (más de 8.000 kilómetros), los incendios de Brasil nos afectan más que los incendios de España. Al menos a medio y largo plazo.