Uno de los rasgos más característicos de estas aves es el llamativo penacho de color ocre con puntas negras que lucen los ejemplares de ambos sexos. Pero no siempre los muestran. Suelen desplegarlo únicamente cuando se posan, cuando se disponen a levantar el vuelo, cuando se muestran inquietas por algún motivo o cuando se preparan para el cortejo. España cuenta con una población de entre 500.000 y 700.000 parejas reproductoras, la más importante de Europa, según datos del Atlas de las aves reproductoras de España. Se trata de una especie migratoria transahariana, aunque las poblaciones más meridionales (Extremadura, Andalucía, Levante, Baleares y Canarias) pueden convertirse en residentes. Las zonas de invernada se distribuyen por todo el sur del Sáhara; sin embargo, algunos individuos más norteños no llegan a cruzar el Mediterráneo, se quedan en el sur de Europa. La abubilla ha cosechado una fama de ave maloliente a la que se relaciona con la putrefacción. Existen dos teorías que lo explican: la primera está relacionada con los nidos, donde estas aves suelen almacenar importantes cantidades de heces con el fin de protegerse contra posibles depredadores. La segunda tiene que ver con unas secreciones oleosas que desprenden de una glándula situada en la base de la cola, cuyas bacterias simbiontes podrían desprender un olor putrefacto. Las hembras impregnan su cuerpo con esta secreción con frecuencia para protegerse de posibles depredadores, especialmente cuando se encuentran en época de cría. Tienen un pico largo y ligeramente curvado, diseñado específicamente para perforar el terreno en busca de gusanos y larvas de insectos que encuentran enterrados o entre la hojarasca. Buscan alimento sondeando el suelo con el pico, como haría un ave limícola. En España pueden encontrarse en prácticamente cualquier lugar, y es que ocupan una gran diversidad de ambientes, pero muestra preferencia por las formaciones boscosas abiertas, siempre y cuando no superen los 1.000 metros de altitud, como dehesas de encinas, alcornoques, robles, fresnos, etc. En España, las poblaciones de abubillas están localizadas en casi toda la Península, salvo en el Cantábrico. No obstante, son más escasas en zonas de montaña y de climas húmedos. También aparecen como residente en las islas Canarias y Baleares, e incluso se ha confirmado su presencia en Melilla.