El biso es el nombre que reciben las fibras naturales filamentosas segregadas por los mejillones y otros moluscos para adherirse a las rocas en la zona de marea. Hasta aquí nada nuevo. Sin embargo, lo que ahora ha descubierto un equipo de científicos de la universidad de Purdue, en Indiana, es el extraño proceso mediante el cual estos moluscos tejen estos filamentos de anclaje.

Y es que según describen Tobias Priemel y sus colegas en un artículo que bajo el título Microfluidic-like fabrication of a metal ion-cured bioadhesive by mussels se publica esta semana en la revista Science, los mejillones obtendrían estas fibras resistentes que se endurecen al contacto con el agua gracias a la unión de iones metálicos y proteínas. Según explican los autores, estos elementos se almacenarían por separado en dos glándulas diferentes dentro de su pie, y se juntarían en el momento necesario al igual que sucede con un pegamento de dos fases.

"En este estudio, investigamos el proceso de formación de biso en el mejillón azul, Mytilus edulis, combinando métodos tradicionales y avanzados para identificar cómo y cuándo se incorporan los metales", explica Priemel, quién es doctor en química en la Universidad McGill de Montreal.

Así, descubrieron que los mejillones almacenan iones metálicos, incluidos hierro y vanadio, junto con una biomolécula previamente desconocida, en vesículas de almacenamiento. Posteriormente, cuando llega el momento de formar la fibra adhesiva, estas partículas se mezclan con una reserva de proteína líquida concentrada y almacenada en vesículas separadas, uniéndose ambos en una red de microcanales interconectados donde se forman los enlaces metal-proteína que caracterizan los fuertes filamentos del biso de los mejillones.

Formación del biso en el mejillón azul
Foto: T.Priemel

Reconstrucción 3D que muestra el proceso de secreción de las vesículas proteicas (verde) desde el tejido celular (amarillo) hacia el lumen de los microcanales (violeta) donde las vesículas proteicas se fusionan y se mezclan con los iones metálicos

Los científicos que estudian materiales inspirados en la biología han quedado impresionados con la combinación del metal y la proteína, y aunque por el momento encuentran muy complicado replicar este mecanismo, declaran que los detalles recientemente descubiertos podrían ayudar al desarrollo futuro de nuevos materiales bioadhesivos altamente eficaces bajo el agua.

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