Un chimpancé salvaje ejecuta unos movimientos casi humanos: sobre unas rocas observa detenidamente un depósito de agua, toma precipitadamente una rama delgada, la limpia arrancando las ramas laterales y luego la maneja para pescar las algas que hay en el fondo.

Unos investigadores del Departamento de Primatología del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Leipzig, detectaron varias de estas varas en ríos y estanques de la selva de Bakoun, en Guinea, donde la presencia humana no es habitual. Las cámaras trampa revelaron un comportamiento insólito: los chimpancés (Pan troglodytes verus), de cualquier edad o sexo, utilizan ramas o ramitas, desde los nueve centímetros hasta los cuatro metros de longitud, para extraer algas verdes de agua dulce, del género Spirogyra, y alimentarse durante la estación seca.

"Estas algas tienen un alto contenido de proteínas, carbohidratos y minerales, y suponemos que los chimpancés obtienen un beneficio nutricional de este recurso de disponibilidad estacional", declaran los científicos en un estudio publicado en noviembre en American Journal of Primatology.