Los lémures, en la mitología romana, eran los espectros o espíritus que representaban la muerte. De ahí que a estos curiosos animales, con los extraños sonidos que emiten para comunicarse, sus hábitos generalmente nocturnos y sus ojos brillantes y saltones se les haya llamado de esta manera.
Los lémures habitan en Madagascar y algunas ínsulas adyacentes, en el océano Índico. Con un peso que oscila entre los 30 gramos y los 9 kilogramos, comparten muchos de sus rasgos básicos con los hominoideos (superfamilia entre la que se incluye el ser humano y otros grandes simios) tales como manos y pies con cinco dedos, pulgares oponibles y uñas en lugar de garras. Sin embargo, su proporción entre cerebro y masa corporal es mucho menor que la de los primates antropoides, de los que también se diferencian morfológicamente por presentar unos orificios nasales rodeados de una piel húmeda y suave denominada rinario.
Los lémures llegaron a Madagascar hace aproximadamente entre 62 y 65 millones de años, momento desde el que evolucionaron para enfrentarse a un ambiente sumamente estacional y cambiante. Precisamente esta climatología ha propiciado un nivel de diversidad especifica y genética mucho mayor que en los otros grupos de primates. Este hecho siempre ha supuesto para los científicos un reto a la hora de confeccionar su árbol filogenético.
El único método completamente fiable para diferenciar entre especies de lémures es mediante análisis genéticos
Dentro de la superfamilia de los lemúridos, podemos encontrarnos con el género Microcebus o de los lémures ratón. Estos miden, incluyendo la cola, menos de 27 centímetros, lo que les convierte en los primates más pequeños del mundo. Hace unos veinte años, tan sólo se conocían dos especies de lémures ratón. Hoy en día, la familia ha crecido hasta las 24 especies. Sin embargo al hablar de especies de lémures la polémica siempre está servida, pues su diferenciación por el aspecto es muy difícil.
El día que se unieron estadística y genética
Hasta el momento, el único método completamente fiable para diferenciar entre especies de lémures es mediante análisis genéticos. Recientemente, la diversidad relativa a estos animales parece haberse enriquecido con 3 nuevas especies gracias a un nuevo modelo estadístico desarrollado por científicos de la Universidad de Kentucky.
Así pues, la nueva condición de especie de Microcebus ganzhorni, Microcebus manitatra y Microcebus Borahase se debe al análisis de las diferencias genéticas tanto entre individuos de una misma especie, como a la comparación de los genomas de especies distintas entre sí.
La amenaza de desaparecer afecta al 94% de las especies de lemúridos, uno de los grupos más amenazados de la Tierra
En este sentido, David Weisrokck, profesor asociado de biología en la Universidad de Kentucky declara que: “a través de esta idea estamos intentando conseguir que el descubrimiento de nuevas especies no esté basado en interpretaciones subjetivas, si no que se haga con la base de un marco estadístico a través del cual se pueda juzgar su validez”.
El modo en que han descrito estos 3 lemúridos no es baladí. Desde un punto de vista de la conservación, la diversidad genética es un factor muy importante a la hora de evitar que cualquier especie desaparezca. Scott Hotaling, autor principal del artículo afirma que: “descubrir 3 nuevas especies de lémur es un hecho muy importante, ya que estos animales se enfrentan a la disminución critica de los hábitats en los que viven y a tremendas presiones demográficas”.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, encargada de elaborar las listas rojas de la conservación, (un compendio de los animales más amenazados de nuestro planeta) , de las 101 especies lémures conocidas, 20 se encuentran en una situación vulnerable, otras 70 en peligro de extinción, 22 de las cuales en un peligro crítico. Es decir, la amenaza de desaparecer afecta al 94% de las especies de lemúridos, siendo uno de los grupos más amenazados de la Tierra.