El cocodrilo hociquifino africano (Mecistops cataphractus), en peligro crítico de extinción según la UICN, en realidad son dos especies diferentes: una endémica de África Occidental y la otra endémica de África Central, según un estudio publicado ayer en Zootaxa, dirigido por Matthew Shirley, un experto en cocodrilos de la Universidad Internacional de Florida (FIU). Estos cocodrilos están amenazados por la pérdida de hábitats, por la caza y por la sobrepesca, que reduce su disponibilidad de alimentos y que causa el ahogamiento de estos animales en las redes de pesca. El cocodrilo hociquifino africano tiene un tamaño medio, vive en hábitats de agua dulce y, como su nombre indica, tiene un hocico largo y delgado. Descritos por primera vez en 1824 por el naturalista francés Georges Cuvier (1769-1832), viven en áreas remotas donde apenas coinciden con las personas. "Además son increíblemente tímidos", destaca la FIU en un comunicado.

Los científicos analizaron el ADN y las características físicas de cocodrilos salvajes y en cautividad en seis países africanos y, aunque a simple vista el cocodrilo hociquifino de África Occidental y el de África Central parecen bastante similares, encontraron diferencias en el ADN, en la forma del cráneo y en las escamas que sugieren firmemente la existencia de dos especies. "El cocodrilo hociquifino de África Central es la primera nueva especie de cocodrilo viviente que ha sido definida y nombrada en casi 85 años", señala el comunicado. "Estimamos que sólo el 10% de cocodrilos hociquifinos se encuentra en África Occidental, efectivamente disminuyendo su población en un 90%. Esto significa que el cocodrilo hociquifino de África Occidental es una de las especies de cocodrilo más críticamente amenazadas del mundo", asegura Shirley. "Nadie había reparado en que son dos especies diferentes porque son morfológicamente crípticas. Necesitábamos realizar una investigación genética para comprender mejor cómo se segregaron geográficamente estas diferencias morfológicas relativamente discretas, pero como puedes imaginarte el Àfrica Occidental y el África Central no son zonas especialmente fáciles o accesibles para investigar y tomar muestras de cocodrilos", explica Shirley a National Geographic España en una entrevista por correo electrónico desde El Congo.