Las aves aprenden a volar; los cachorros de los mamíferos pasan de beber leche a comer alimentos sólidos; pero las crías de murciélagos, como mamíferos alados que son, han de pasar por ambos procesos al mismo tiempo. Ahora, según un nuevo estudio del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales -STRI por sus siglas en inglés- el modo en que esto ocurre en los murciélagos de la especie Uroderma bilobatum es un tanto peculiar: las madres empujaban a sus crías de los nidos con sus antebrazos animándolas a volar y a destetarse.

De las más de 1.300 especies de murciélagos en el mundo, los detalles de este período crítico de transición son conocidos en muy pocas de ellas . "Nuestro estudio destaca lo poco que aún sabemos sobre las vidas secretas de estas increíbles criaturas, incluso algo tan significativo como la relación entre una madre y su cría", comenta Jenna Kohles, estudiante de la Universidad de Konstanz y el Instituto Max Planck y autora principal del estudio publicado recientemente en la revista Plos One,: Rapid behavioral changes during early development in Peters' tent-making bat, Uroderma bilobatum.
Los Uroderma bilobatum, también conocidos como murciélagos orejiamarillos cortan y pliegan enormes hojas de plantas tropicales creando carpas como refugios para grupos de 2 hasta 50 individuos. También colonizan las chozas tropicales que los humanos construyen para guarecerse de la lluvia. Sus refugios no solo protegen a los murciélagos reproductores de los elementos, sino que también sirven como centros de información donde estos aprenden de otros murciélagos la ubicación de su comida favorita, los higos maduros.

"Jenna Kohles y su equipo observaron de cerca las colonias de Uroderma bilobatum en la naturaleza y estudiaron los refugios bajo los aleros de más de 30 casas en Gamboa, Panamá, durante casi un año", comenta Rachel Page del STRI y ayudante de Kohles. "Jenna grabó el nacimiento de los murciélagos posteriormente, supervisó y cuantificó los cambios en las interacciones entre madres y crías", añade. De este modo Kohles determinó si las crías se encontraban estaban solas o con su madre; amamantando o no, y registró todo tipo de interacciones entre madres y crías, sociales en algunas ocasiones, y agresivas en otras.
Las peculiaridades de un mamífero volador
Un pequeño mamífero como podría ser un ratón, por poner un ejemplo, da a luz a camadas de más de media docena de crías a la vez. No obstante los murciélagos suelen dar a luz a tan solo una cría. Esto es devido a que las madres tienen que soportar todo el peso de esta mientras están en el aire, tanto antes como después de que nazcan. Es tan solo una de las particularidades de ser un mamífero volador.
Tal y como dictan las leyes de la naturaleza, el interés de las crías de murciélago,como las de cualquier otra especie, está en continuar amamantando y ser atendidos por sus madres el mayor tiempo posible. Sin embargo, especialmente en mamíferos voladores, esto supone -tanto en sentido literal como figurado- una gran carga para las madres, por lo que estas presionarán a sus crías para que se vuelvan independientes lo antes posible.
Unos mamíferos voladores únicos
Para muchos mamíferos, esto resulta en un período de conflicto entre madres e hijos que muy a menudo se salda con agresiones por alguna de las partes. Sin embargo, estos murciélagos parecen lograr esta transición sin agresión, y estos empujones con sus antebrazos pueden jugar un papel importante. "Es por eso que estábamos entusiasmados con la observación de este nuevo comportamiento", cometa Kohles. "Los murciélagos, son los únicos mamíferos voladores, y tienen numerosos rasgos únicos; las crías deben crecer rápidamente, por ejemplo, y ahora estamos aprendiendo sobre los comportamientos específicos que tanto las crías como madres usan para lidiar con esta rápida transición", añade.
Jenna y su equipo encontraron pruebas de que en el proceso de aprendizaje de vuelo, las madres recuperaron del suelo y llevaron a sus pequeños de nuevo a su guarida mientras aprendían a volar. También, de este modo, el equipo de científicos ha podido observar que los brazos de las crías de murciélagos también crecieron más rápido que el resto de sus cuerpos. Con estos antebrazos grandes, los cachorros podrían aprender a volar en solo unas pocas noches con la ayuda de sus madres. Y es que su supervivencia, en definitiva, depende de lo pronto que se pueda adaptar al vuelo.