Un tiburón de dos cabezas puede sonar a algo más bien típico de la gran pantalla. Sin embargo existen. Y en la actualidad los científicos apuntan que se están encontrando cada vez más ejemplares en todo el mundo.

Todo comenzó hace unos años cuando en Florida, Estados Unidos, unos pescadores atraparon un tiburón toro en cuyo útero encontraron un feto de dos cabezas. Trascurrido un tiempo, en 2008, otro pescador descubriría un embrión de dos cabezas de tiburón azul en el Océano Índico.

Algo más tarde en 2011, un nuevo estudio describiría un ejemplar de tiburón azul formado por dos gemelos unidos encontrado en el área del golfo de California. Precisamente este tiburón, el azul, el es que ha mostrado un mayor ratio de embriones unidos con dos cabezas, debido a que el número de descendientes por periodo reproductivo en la especie es sustancialmente alto. En cada embarazo una hembra puede albergar en su interior hasta 50 crías según el estudio del Instituto Politécnico Nacional de México llevado a cabo por Felipe Galván-Magaña. Ahora, según el artículo publicado en el Journal of Fish Biology, investigadores han identificado un embrión de sardina atlántica con dos cabezas.

En cada embarazo una hembra de tiburón azul puede albergar en su interior hasta 50 crías según

Del mismo modo, durante la cría de tiburones para la investigación en laboratorio, el equipo observó otro embrión inusual: esta vez en un huevo transparente de tiburón. El espécimen, una cría de tiburón gato de pintas blancas es el primer ejemplar de dos cabezas encontrado en una especie de tiburón ovíparo, lo que fue confirmado por el líder del estudio, Valentín Sans-Coma tras la inspección del huevo.

Ahora ante los casos tan relativamente frecuentes según este estudio -y dados en diferentes especies- los científicos comienzan a preguntarse por las razones de estas anormalidades.

Las causas de la mutación

Los tiburones de dos cabezas, aunque más comunes de lo que cabria esperar, son bastante inusuales, y se han encontrado en puntos muy separados en el espacio, por lo resulta difícil hipotetizar sobre los motivos que dan lugar a su condición bicéfala.

Sans-Coma y sus colegas afirman que un trastorno genético parece ser la causa más plausible para las anomalías encontradas, ya que los embriones fueron obtenidos en un laboratorio de entre un cultivo de casi 800 ejemplares, descartándose la posibilidad de que los huevos pudieran haber sido expuestos a infecciones, productos químicos o algún tipo de radiación.

Sin embargo, los científicos aún no han podido aclarar el porqué de las malformaciones encontradas en las diversas especies de tiburones salvajes, ya que podrían producirse por una gran cantidad de factores incluyéndose entre ellos la contaminación de sus hábitats, infecciones virales o trastornos metabólicos. De entre las distintas hipótesis una que parece ganar bastante peso achaca las deformidades a la disminución del acervo genético por la sobrepesca, lo que conduce a las distintas especies a la endogamia, y por tanto, a la expresión de anomalías genéticas.

Así, en otro estudio llevado a cabo por el científico marino Nicolás Ehemann y en el que fueron examinados dos nuevos especímenes hallados por pescadores de la isla Margarita de Venezuela -un tiburón gato y tiburón azul respectivamente-, se concluye que sendos animales, tampoco podrían haber sobrevivido tras nacer. Los tiburones encontrados agrandan esta lista cada vez más extensa de anomalías, y en este caso se trata de los primeros ejemplares con dos cabezas encontrados en el Mar Caribe según el boletín de investigación de Ehemann.

¿Es legítimo culpar a la sobrepesca?

Ehemann, un estudiante de máster en el Instituto Politécnico Nacional de México, postula que si los fetos de tiburones bicéfalos son cada vez más frecuentes en la naturaleza, cabría concluir que la sobrepesca es una sólida candidata a ser la culpable, ya que puede causar el declive de la reserva genética de las distintas especies.

Por el contrario, Galván-Magaña, autor del estudio de 2011, ha visto otros tiburones estrafalarios. Entre ellos se incluyen un tiburón "cíclope", capturado en 2011 en México, con un solo ojo funcional en la parte delantera de su cabeza. Este ojo único es el sello distintivo de una condición congénita llamada ciclopía, que se da en varias especies animales, incluido el ser humano.

Galván-Magaña afirma sin embargo, que no cree que los tiburones de dos cabezas sean cada vez más comunes, sino más bien que las publicaciones sobre el tema son cada vez frecuentes en las revistas científicas.

Ehemann se muestra menos escéptico y más dispuesto a profundizar en la cuestión: “las deformidades del tiburón son un tema difícil de investigar porque los especímenes son muy raros”, comenta. “Es muy interesante estudiarlos, pero no es como tirar una red y coger un tiburón de dos cabezas cada cierto tiempo", añade. “Es aleatorio”.

Sea como fuere, habrá que esperar a la aparición de nuevos casos para aclarar la cuestión, que no por ser abordada con mayor o menor escepticismo deja de ser, cuanto menos, inquietante.