El pasado domingo 12 de Marzo, tuvo lugar la entrega de premios Foto Zoo 2016, el concurso de fotografía anual organizado por el Zoológico de Barcelona. Un certamen que crece anualmente y que ha contado durante la presente edición con un total de 687 fotografías aportadas por 213 fotógrafos: una participación muy elevada para un concurso local en el que además, los trabajos han sido de muy alta calidad.
En nuestra galería fotográfica podrás conocer las fotografías ganadoras en cada una de las cuatro categorías del certamen: El Zoo y las personas; Animales en grupo; Primer plano y Animales en movimiento.
Un zoológico diferente
¿Espectáculo y negocio o conservación y ciencia? Desde que en 1765 se fundara en Viena el primer zoológico moderno -al menos como hasta hace muy poco entendíamos estos recintos- alrededor de ellos han existido múltiples paradojas.
Para entender el éxito de los zoos, quizá debamos situarnos en contexto y retroceder hasta hace casi 300 años; un momento en que, para el hombre común, lo más probable era morir, sin grandes posibilidades de conocer mundo, en el mismo lugar que le había visto nacer. Para la gran mayoría así eran las cosas: con toda probabilidad, el hijo de un herrero acabaría trabajando el hierro, y si uno nacía agricultor, o pastor, dedicaría su vida a la tierra o al ganado.
Por ello, algo más de un par de centurias atrás, poder contemplar a los animales de los que hablaban los libros: fieras de afiladas garras y dientes; bestias descomunales o pájaros de inverosímiles mezclas de colores, fuera quizá una de las experiencias más exóticas y estimulantes a las que un habitante medio del siglo XVIII podía aspirar. Y de la que unos pocos hicieron un lucrativo negocio a razón de exponerlos entre rejas.
En la actualidad no cabe entender un zoo al margen de las labores de conservación
Hoy las cosas se antojan distintas y aunque aún existen zoológicos en que los animales – a veces en condiciones bastante cuestionables- son tratados como mero objeto de exhibición, una corriente de la sociedad parece haber afinado su sensibilidad hacia los demás seres con los que compartimos el planeta Tierra. Y con ello, también, muchos zoológicos. Un temprano ejemplo de ello podemos encontrarlo en el zoológico del Bronx cuya labor fue indispensable para evitar, a finales del siglo XIX, la extinción del bisonte americano.
En la actualidad sin embargo, salvo contadas excepciones, no cabe entender un zoológico al margen de las labores de conservación de fauna y del estudio de la biodiversidad que en ellos se lleva a cabo. Muchos zoos se contemplan hoy como lugares en los que muchas especies amenazadas con desaparecer para siempre pueden encontrar una segunda, una tercera o una última oportunidad.
Así pues, como vemos, los zoológicos pueden tener dos caras. Y en este sentido, el zoo de Barcelona ha recibido durante los últimos años duras críticas respecto al estado, tanto de los animales, como de sus instalaciones.
Sin embargo los tiempos cambian, las personas cambian y también lo hacen las instituciones. Y cuando el cambio es a mejor, no cabe duda de que la sociedad que estamos construyendo es una sociedad más justa. Es por ello que con motivo de su 125 aniversario, el zoo de Barcelona ha visto elevado este 2017 su presupuesto para los próximos dos años hasta los 15 millones de euros a fin de convertirse en un centro cuyos objetivos serán la conservación, la investigación y la educación ambiental.
"El zoo tiene que ser el primer centro que favorezca la recuperación ambiental de este país"
De este modo, la nueva estrategia del zoológico excluirá de sus instalaciones a aquellas especies no amenazadas o que gocen de programas de reintroducción en el medio natural.
En este sentido Antoni Alarcón, el nuevo director del centro afirmaba en declaraciones a El Periódico que: "solo tienen sentido los animales en peligro y aquellos contemplados en planes de conservación”. “Analizaremos caso por caso qué especies deben quedarse y cuáles no", añadía.
Alarcón, con una dilatada experiencia en la conservación de la biodiversidad es optimista respecto al futuro de la institución: "el zoo ha de abrirse más, ir donde hay problemas de conservación y ayudar a quienes ya se dedican a ello. Se puede lograr", afirmaba, e insistía diciendo que: "el zoo tiene que ser el primer centro que favorezca la recuperación ambiental de este país".
La nueva estrategia ya esta sobre el papel. Solo queda esperar que el proyecto llegue a buen puerto. Mientras tanto, disfrutad de las fotos.