El rinoceronte blanco -Ceratotherium simun- es la más común de las cinco especies de rinoceronte que quedan en el mundo. Sus poblaciones han soportado la mayor parte de las pérdidas durante el apogeo mundial de la caza ilegal, que comenzó en 2008 debido a la creciente demanda de productos de sus cuernos en el sudeste y este de Asia. Así, este hervívoro, prospera históricamente en dos áreas de pastizales separados geográficamente en el África subsahariana y en consecuencia, ha sido dividida por los taxónomos.

Delimitadas sus poblaciones al norte por la extensión de los pastizales subsaharianos, Ceratotherium simum se distribuye de forma discontinua por en centro, sur y oeste del continente africano. El rinoceronte blanco del sur es endémico del sur de África, y se encuentra distribuido históricamente al sur del río Zambeze, incluida Namibia, Botswana, Zimbabwe y Sudáfrica. El rinoceronte blanco del norte era endémico de un estrecho cinturón de pastizales del oeste del río Nilo y el rift Albertino, que comprende partes de Uganda, Sudán del Sur, la República Democrática del Congo, Chad y la República Centroafricana. Las historias recientes de ambas poblaciones son bien conocidas, independientes y son resultado de los hechos acaecidos en África y Medio Oriente desde el siglo XVIII.
El rinoceronte blanco del sur: una historia de supervivencia
En el sur de África, la expansión hacia el norte del colonialismo desde el Cabo de Buena Esperanza dio lugar al exterminio de la población de rinocerontes blancos del sur -Ceratotherium simum simun- en la mayor parte de la subregión. Ya incluso antes de entrado el siglo XIX, esta había sufrido tal declive que solo llegaron a quedar entre 100 y 200 individuos de la especie restringidos a la zona de confluencia de los ríos Umfolozi en Zululand.
Sin embargo, en 1895 las autoridades coloniales declararon protegido al rinoceronte blanco y proclamaron el área como Reserva Natural. Con esta acción dedicada a la conservación de la vida silvestre en Sudáfrica, esta pequeña población aumentó constantemente a lo largo del siglo XX para convertirse en una historia de éxito en la conservación.
No obstante la actual y severa epidemia de caza furtiva amenaza con deshacer lo conseguido y se prevé que si continúan las tendencias actuales, la población de rinocerontes blancos del sur volverá a disminuir en 2018. Hoy por hoy, los esfuerzos para frenar las pérdidas recientes son ineficaces, habiéndose presentado en los últimos 5 años una escasa disminución en las tasas de caza furtiva tan solo entre 2013 y 2015. Así, las cifras registran desde el año 2013 más de 1000 rinocerontes africanos muertos cada año. Esta contracción de la población, en ausencia de flujo genético de otras fuentes, podría afectar negativamente a la diversidad genética y el potencial evolutivo del rinoceronte blanco del sur a través de la deriva genética.
Rinoceronte blanco del norte: la gran víctima del furtivismo
Por otro lado, el rinoceronte blanco del norte -Ceratotherium simum cottoni- seguía siendo común en la mayor parte de su rango de distribución a finales del siglo XIX y los números seguían siendo relativamente altos hasta la década de 1960, hasta que la demanda de cuerno de rinoceronte, principalmente en la península arábiga, precipitó la penúltima epidemia de caza furtiva.
La inestabilidad política, junto a unas medidas de conservación ineficaces durante el período subsiguiente fueron los ingredientes para el rápido declive de las poblaciones salvajes de rinoceronte blanco del norte, donde los últimos individuos que vivían en libertad fueron literalmente erradicados en toda su zonas de distribución: Uganda en 1980, en Sudán en 1984 y finalmente en el Parque Nacional de Garamba, en República Democrática del Congo, declarándose su extinción en libertad en el año 2008.
En la actualidad el rinoceronte blanco del norte sobrevive tan solo en cautiverio, y tras la muerte de Sudán, el último macho de la especie, son tan solo dos las hembras restantes, y parece que sus posibilidades de supervivencia son bastante sombrías.
¿Queda esperanza para el rinoceronte blanco?
La inminente extinción del rinoceronte blanco del Norte ha provocado varios esfuerzos de conservación para evitar la pérdida de lo poco que queda de la diversidad genética de la población. A pesar del delicado estado de conservación de esta especie, la misma carece de una evaluación genética de su historia demográfica y es por ello que el equipo de científicos liderado por el profesor Yoshan Moodley de la Universidad de Venda, Sudáfrica, tomaron muestras de ADN de 232 individuos; tanto de animales vivos como de ejemplares de museo. De este modo los investigadores analizaron tanto su ADN mitocondrial, como 10 locus microsatélite -secuencias de ADN en las que un fragmento se repite de manera consecutiva.
Los resultados se publican en un artículo titulado Contrasting evolutionary history, anthropogenic declines and genetic contact in the northern and southern white rhinoceros -Ceratotherium simum-, y publicado en la revista Procedings B de la Royal Society.
La difícil situación de conservación también ha precipitado un debate sobre si la relación evolutiva entre las dos poblaciones podría permitir el cruzamiento y el rescate genético como una estrategia de conservación. El único híbrido de ambas poblaciones conocido fue una hembra -Nasi- nacida en cautiverio en 1977. Aunque sobrevivió 30 años en cautiverio nunca se reprodujo, y esto ha planteado preguntas sobre el nivel de aislamiento reproductivo entre las dos poblaciones de rinoceronte blanco.

Sin embargo, el registro fósil demuestra claramente que la distribución prehistórica del rinoceronte blanco era más amplia que la anteriormente reconocida. Esto sugiere que su historia demográfica ha estado caracterizada por la contracción y expansión sus poblaciones. La fluctuación entre los períodos glaciales fríos y áridos, con aquellos interglaciales húmedos y cálidos habría expandido y contraído respectivamente los biomas de las praderas de los que depende el rinoceronte blanco. Las consecuencias evolutivas de tales fluctuaciones dependen de si la expansión de sus poblaciones impulsadas por el clima permitieron que poblaciones del norte y del sur entraran en contacto demográfico.
Rinocerontes híbridos
Así los autores analizan en su estudio la variación genética en el rinoceronte blanco con el objetivo de informar más adecuadamente sobre el manejo de su conservación. De ello se deriva que el rinoceronte blanco del norte se encuentra en el punto final de un largo período de declive. Con solo dos individuos femeninos restantes, el papel de la genética se limita actualmente a una evaluación de los posibles resultados del rescate híbrido que implica el uso de genomas de rinocerontes blancos del sur.
Existe una gran probabilidad de que el rescate híbrido sea posible
La buena noticia, según apuntan los resultados, es que existe una gran probabilidad de que el rescate híbrido sea posible y que los embriones híbridos de rinoceronte blanco del norte y del sur puedan proporcionar una estrategia viable para la conservación de la población norteña.
Sin embargo, este tipo de inferencia en la que los científicos se basan en un solo puñado de marcadores genéticos podría ser prematura. Por esta razón, la resecuenciación de los genomas completos de ambas especies podría ser extremadamente útil. A partir de los datos genómicos completos, también sería posible documentar las diferentes regiones del genoma del rinoceronte blanco para así establecer una serie de prioridades en el manejo genético de la especie. El rinoceronte blanco del norte se encuentra en la cuerda floja de la extinción, pero puede que todavía tenga en la genética y la mejor situación genética de sus hermanos del sur, una pequeña oportunidad.