Sepias y pulpos poseen una capacidad inigualable para cambiar tanto el color como el aspecto textural de su piel, ya sea, bien para camuflarse, o bien como mecanismo de comunicación social. Si esto es posible es gracias a la coordinación controlada de miles de células pigmentadas situadas en la piel llamadas cromatóforos.
Ahora, un nuevo estudio titulado Elucidating the control and development of skin patterning in cuttlefish, dirigido por Gilles Laurent, director del Instituto Max Planck para Investigación del Cerebro y publicado recientemente en la revista Nature, ha realizado el seguimiento de los estados de expansión de estos cromatóforos, proporcionando una descripción cuantitativa, y posiblemente incluso una descripción neuronal de estos animales en tiempo real.
En base a cada tipo de estímulo, el animal generaba los mismos patrones de coloración
Según se informa en Nature, la cuantificación en tiempo real del estado de expansión de decenas de miles de estas células cutáneas, aumenta nuestra comprensión de las complejas transformaciones y relaciones fisiológicas asociadas con los diversos estados de percepción de la sepia. Podríamos decir, en cierto modo que los científicos estarían leyendo los pensamientos de la sepia en su propia piel.
Para ello, Gilles Laurent y sus colegas filmaron a seis sepias durante un período de varias semanas y clasificaron por colores los cromatóforos del manto dorsal de las mismas. Del mismo modo, observaron la dinámica en los patrones de color como resultado de los cambios de luz. Tras varios experimentos y repeticiones los investigadores informaron que en base a cada tipo de estímulo, el animal generaba los mismos patrones de coloración.
Laurent y su equipo sugieren que estos resultados permiten una descripción objetiva del complejo modo en el que las sepias perciben el mundo, y que con el tiempo y posteriores estudios, la investigación de este tipo de patrones de color podría aportar nueva y valiosa información sobre los principios organizativos subyacentes a los sistemas neuronales.