70 nuevas especies descubiertas en 2021

En 2021, los investigadores de la Academia de Ciencias de California añadieron 70 nuevas especies al árbol de la vida, enriqueciendo nuestra comprensión de la biodiversidad en la Tierra y fortaleciendo nuestra capacidad para tomar decisiones informadas sobre conservación

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Héctor Rodríguez
Héctor Rodríguez

Editor y periodista especializado en ciencia y naturaleza

“La biodiversidad es fundamental para la salud de nuestro planeta y se está perdiendo a un ritmo en que las prácticas sostenibles ya no son suficientes”, explica la viróloga de la Academia de la Ciencias de California Shannon Bennett. “Como administradores de nuestro mundo natural debemos desempeñar un papel activo en la regeneración de los ecosistemas", continúa. "Nuestra relación con la naturaleza mejora con cada nueva especie que descubrimos, profundizando en nuestra comprensión de cómo funciona nuestro planeta y cómo puede responder mejor a un futuro incierto", añade.

La buena noticia es que gracias al trabajo de la institución, 14 escarabajos, 12 babosas de mar, 9 hormigas, 7 peces, 6 escorpiones, 5 estrellas de mar, 5 plantas con flores, 4 tiburones, 3 arañas, 2 plumas de mar además de un musgo, un caballito de pipa pigmeo y una cecilia pasan a engrosar la lista de especies descubiertas este 2021 por más de una docena de científicos de la Academia de las Ciencias de California.

"Nuestra relación con la naturaleza mejora con cada nueva especie que descubrimos". 

En suelos de bosques, aventurándose en vastos desiertos o buceando a profundidades oceánicas extremas, estos hallazgos se reparten por 5 continentes y 3 océanos y demuestran que nuestro vasto y dinámico planeta todavía cuenta con lugares inexplorados en los que hallar plantas y animales nunca antes registrados . Unos descubrimientos que ayudan a promover la misión de la Academia de las Ciencias de California de proteger y conservar nuestro mundo natural a través de la ciencia, el aprendizaje y la colaboración. Os mostramos en esta galería de imágenes algunas de las especies descubiertas y os contamos que han averiguado los científicos sobre ellas. 

Pachyrhynchus obumanuvu

Foto: Analyn Cabras

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Pachyrhynchus obumanuvu

Gorgojos, una victoria para las comunidades indígenas

Pachyrhynchus obumanuvu, es un gorgojo de colores brillantes hallado en las cimas boscosas de las montañas de Filipinas. A 3000 pies sobre el nivel del mar, estos gorgojos viven en el dosel del bosque nuboso húmedo y cubierto de musgo. A diferencia de la mayoría de los gorgojos, que tienden a ser de un solo color, P. obumanuvu presenta patrones complejos de amarillos y verdes iridiscentes. Su coloración imita las prendas tradicionales de su homónimo, la tribu indígena Obu Manuvu.

Cylix  tupareomanaia

Foto: Irene Middleton

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Cylix tupareomanaia

Un nuevo género de caballito de pipa pigmeo en el Pacífico

Si observa de cerca los escarpados acantilados submarinos frente a la costa de Northland, en Nueva Zelanda, probablemente solo verá una pared de algas coralinas rojas. Pero para el ojo entrenado, Cylix tupareomanaia, una nueva especie de caballito de pipa pigmeo y primo cercano de los caballitos de mar, se puede encontrar perfectamente camuflada en su entorno. El descubrimiento de esta especie elusiva saca a la luz un nuevo género de caballitos de pipa, el primero informado en Nueva Zelanda desde 1921.

El nuevo género se determinó comparando tomografías computarizadas entre C. tupareomanaia y otras especies similares de la región. Sus descubridores los llamaron Cylix -cáliz en latín- por la estructura ósea en forma de copa de su cresta, mientras que otros géneros de caballos de pipa tienen una cresta en forma de cúpula. El nombre de la especie, tupareomanaia, en maorí significa "guirnalda del caballito de mar" y representa la primera vez que una tribu maorí se ha involucrado en el nombramiento de una especie endémica de la región de Northland.

Centruroides catemacoensis

Foto: Aaron Goodman

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Centruroides catemacoensis

Los escorpiones alcanzan nuevas cotas

En las copas de los árboles de los bosques tropicales de las tierras bajas de México encontrará unos residentes inesperados: escorpiones. Si bien generalmente se asocia a los escorpiones con climas desérticos y áridos, estos encuentran un respiro de los depredadores en la copa de los árboles. Centruroides catemacoensis ha desarrollado una táctica extraordinaria para escapar de los depredadores en la que a la primera señal de una amenaza cercana se lanza a la seguridad del suelo del bosque. "Una vez que golpean la hojarasca, no los encontrarás", explican sus descubridores, quienes durante sus estudios nocturnos, tocando ramas con tubos de PVC para imitar a los depredadores y hacían caer a los animales en las redes que se desplegaban en el suelo. 

Schistometopum ephele

Foto: Andrew Stanbridge

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Schistometopum ephele

Detectives cecilianos en Santo Tomé

Desde la época colonial, los biólogos han debatido si la cecilia de Santo Tomé, un anfibio excavador sin extremidades, es una o dos especies distintas. Pero después de estudiar cuidadosamente los marcadores genéticos de 85 individuos en la isla de Santo Tomé, en el Golfo de Guinea, han conseguido dar con la evidencia más sólida hasta la fecha de que la isla cuenta con dos especies únicas de cecilias. .

Hace unos 300.000 años, un estallido de actividad volcánica regó a Santo Tomé con ríos de lava, que dividieron la isla y a las cecilias en 2 hábitats únicos y aislados. Esta separación probablemente hizo que las especies divergieran a medida que se aclimataban a las presiones ambientales de sus territorios recién establecidos. A medida que los flujos de lava se estabilizaron y las barreras que una vez fueron impenetrables desaparecieron, las dos especies volvieron a ser vecinas. Desde entonces, milenios de mestizaje e hibridación han ocultado la presencia de dos especies al difuminar las líneas genéticas entre ellas.

Uokeaster ahi (Ariadna Mecho © 2021)

Foto: Ariadna Mecho

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Uokeaster ahi (Ariadna Mecho © 2021)

Estrellas de mar que brillan en los arrecifes de coral

Al incendiar el arrecife con su color naranja brillante Uokeaster ahi cuenta con un nombre verdaderamente apropiado para sus tonos ardientes: ahi, que significa "fuego" en el idioma Rapa Nui y Uokeaster derivado de la deidad mitológica del mar Uoke, quien, según la leyenda, sumergió al otrora continental Rapa Nui bajo el mar, dejando solo sus picos montañosos más altos expuestos. Uokeaster ahi reside en este Rapa Nui "original", en los arrecifes justo debajo de la superficie.

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