La cuenta atrás para la prohibición de los coches de combustión ha empezado. La Unión Europea ha planeado que a partir del 1 de enero de 2035 los coches de gasolina y diésel desaparezcan de los concesionarios. Pero, antes de que llegue ese momento, los vehículos de combustión irán desapareciendo progresivamente en muchos barrios de las ciudades españolas.

Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), tan aplaudidas como criticadas en España, se extenderán a partir del año que viene en aquellos municipios de más de 50.000 habitantes, o bien aquellas ciudades de más de 20.000 que superen los límites de contaminación permitidos. Así lo dictan las directrices aprobadas recientemente y sometidas a consulta pública.

En otras palabras, el año que viene unas 150 ciudades españolas podrían empezar a implementar áreas restringidas a los vehículos más contaminantes.

Tipos de ZBE

¿Serán todas las áreas restringidas iguales a las de Barcelona o Madrid, las únicas que existen actualmente? No tienen por qué. El Gobierno establece distintos tipos de zonas en función de las necesidades de cada ciudad y de la concentración de partículas contaminantes. Así pues, se han establecido distintas tipologías.

En función de la extensión, podrán ser:

  • De núcleo: Contempla la delimitación de un área reducida en un municipio (no tiene por qué ser el centro urbano), aunque se recomienda extender las restricciones a los barrios colindantes para evitar que los residentes se vean perjudicados por un efecto frontera.
  • De anillo: Contempla la delimitación de una o varias zonas concéntricas al núcleo. Se combinan distintas zonas con restricciones diferenciadas, un modelo similar al empleado en ciudades como Madrid o Londres.

En función de las características, podrá ser:

  • Especial: Entendido como la delimitación de ciertas áreas que comparten características especiales, por ejemplo, parques empresariales, polígonos industriales, campus universitarios o cualquier otra zona urbana con un elevado número de desplazamientos de vehículos. Este tipo de zonas deberá ir acompañada de planes específicos de transporte público o actuaciones para facilitar la movilidad de los trabajadores.
  • Puntual: Por ejemplo, en tramos concretos de calle en los que se quiera asegurar una mayor calidad ambiental por alguna cuestión específica, como podría ser la protección de poblaciones vulnerables.
Tipología de zonas de bajas emisiones
Foto: Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Democrático

La nueva normativa establece diversas tipologías de ZBE en función de las necesidades de cada ciudad. 

Vehículos prohibidos

Los actuales dispositivos ambientales (las etiquetas de la DGT), servirán a las autoridades municipales para distinguir el acceso en función del tipo de vehículo, aunque cada municipio podrá establecer las normas en función de sus intereses. Así, los vehículos más favorecidos serán los de etiqueta 0 (eléctricos e híbridos enchufables), seguidos de los que lleven el distintivo ECO, C, B y A. Algunas ZBE podrían vetar todos los vehículos menos los eléctricos (como es el caso de Madrid), mientras que otras, como la vigente actualmente en Barcelona, podrían cerrar el paso únicamente a aquellos vehículos más contaminantes. En cualquier caso, se contemplan multas de 200 euros para todos los infractores, con independencia de la ZBE, según la última modificación de la Ley de Tráfico.

Cartel de Zona de Bajas Emisiones
Foto: DGT

Otras medidas contra la contaminación en las ciudades

La ZBE son un complemento perfecto para reducir la contaminación acumulada en las ciudades, pero no la única. Por eso el borrador de la ley que instaurará las futuras ZBE contempla una serie de medidas adicionales para mejorar la calidad del aire, como por ejemplo las siguientes:

Diseño de redes de itinerarios continuos de preferencia peatonal, seguros, accesibles y cómodos para la población en general y para las personas con movilidad reducida o discapacidad y otros grupos de población vulnerables, en particular. Estos itinerarios deben conectar las principales áreas residenciales, comerciales, de ocio y de servicio público, así como los principales nodos de la red de transporte público.

  • Corredores verdes urbanos que conecten los espacios verdes con las grandes áreas verdes del perímetro de las ciudades.
  • Limitación del espacio dedicado a los vehículos, incluyendo el aparcamiento.
  • Limitación de la velocidad: ya sea mediante normativa (con señales de tráfico) o a través de estrategias urbanísticas disuasorias, como el estrechamiento del ancho de los carriles y su diseño siguiendo líneas menos rectas y más sinuosas, así como pavimentos no asfaltados o plataformas únicas, badenes, etc.

Alegaciones de las ONG conservacionistas

Las organizaciones conservacionistas han recibido con reservas el borrador de la normativa de bajas emisiones. Las ONGs ECODES, Ecologistas en Acción, Fundación Renovables, Greenpeace y Transport&Environment remitieron recientemente sus alegaciones al Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico. En ellas apuestan por un modelo más ambicioso, que reduzca como mínimo el 35% el número de automóviles en las ciudades para el año 2030. Asimismo, consideran que las ZBE no pueden quedarse en un ‘mero plan renove’, sino que deberían servir para adecuar las ciudades a los impactos de la crisis climática.

Sean cuales sean las correcciones que se impongan a la normativa, parece evidente que a partir del año que viene las ciudades más pobladas de España empezarán a diseñar sus estrategias para limitar el paso los vehículos más contaminantes, una decisión para la que ya no hay marcha atrás.