En la Europa del siglo XII existió una mujer que dedicó su vida a la literatura y que dejó su sello marcado en las páginas manuscritas al firmar: “soy María y vengo de Francia”. Estas son las pocas certezas que tenemos sobre Marie de France (María de Francia en español), considerada la primera poeta de la lengua francesa y una figura imprescindible en la historia de la literatura medieval.

Basándose en contados datos sobre el personaje y realizando una ardua investigación sobre la literatura y las místicas de la Edad Media, Lauren Groff ha tejido una novela a medio camino entre la ficción y la realidad en la que reconstruye la vida que pudo haber tenido la poeta.

Groff, que empezó a escribir tras leer a Emily Dickinson a los 12 años y que, hasta el momento, ha publicado cuatro novelas y múltiples cuentos en revistas como The New Yorker y The Atlantic Monthly, nos conduce a través de la posible vida de Marie de France iluminando a una figura cuya historia quedó en la sombra y una Edad Media cuya realidad llena de matices dista mucho de la imagen oscura y simplificada que en ocasiones se da de la época.

Portada de la novela 'Matrix' de Lauren Groff
Foto: Lumen

National Geographic España: Pese a haber sido una voz literaria muy influyente en la Europa del siglo XII, actualmente pocos conocen a Marie de France. ¿Cómo descubriste a la poeta?

Lauren Groff: Cuando estaba en la universidad, hice una asignatura sobre literatura francesa medieval en el que leí los Lais, el libro más conocido de Marie de France, y me enamoré profundamente. Bajo aquellas extrañas interpretaciones poéticas de la antigua Bretaña en las que aparecían hombres lobo, barcos encantados y ciervos parlantes, sentí que había una inteligencia humana muy vívida, una voz que no siempre se encuentra en literatura medieval.

NG: ¿Por qué decidiste escribir una novela sobre esta escritora de la Edad Media?

LG: En aquel momento intenté buscar información sobre Marie de France, pero apenas había nada. No fue la hermana, hija o esposa de un rey, ni tampoco fue santa. No se la consideró lo suficientemente importante como para incluirla en los registros históricos, así que los detalles sobre su vida se perdieron. Aquel misterio que rodeaba al personaje me pareció hermoso. Sentí que quería reflexionar sobre ella, pensar en quién podría haber sido, qué podría haber hecho y ver si quedaba algún rastro de esta poderosa persona en nuestro mundo, más allá de la literatura.

NG: ¿Qué representa Marie de France en la historia de la literatura?

LG: Es considerada la primera mujer poeta de la lengua francesa. Hasta el momento, cualquier contribución hecha por mujeres en francés quedó borrada de la literatura porque sus nombres fueron borrados. Marie, en cambio, quiso asegurarse de que su autoría no se perdiera y escribió en uno de sus textos “soy María y vengo de Francia”, de ahí que su nombre quedara registrado.

En la literatura de Marie de France, las mujeres están en el centro del relato. Eso es algo muy sutil, pero muy feminista para la época.

NG: ¿Fue una autora feminista?

LG: El feminismo de Marie de France fue muy sutil, ya que, en aquel momento, para poder seguir publicando, tenía que ser sutil. Gran parte de su feminismo se ve en que muchos de los Lais están protagonizados por mujeres. En aquella época, la mayoría de las historias estaban centradas en los hombres que iban a la guerra y las mujeres, si aparecían, eran personajes sin vida interior. En la literatura de Marie, los personajes femeninos son personas reales, con voluntad y pensamiento. Creo que eso es algo muy sutil, pero muy feminista.

NG: Marie de France fue una escritora muy reconocida en su época. Pero, ¿qué pasó después de que muriera? ¿Su obra siguió siendo relevante o, al igual que Safo, la poeta más importante de la antigua Grecia, sus textos se perdieron?

LG: Afortunadamente, Marie de France llegó muchos siglos después de Safo y, gracias a eso, la mayoría de sus manuscritos se conservaron y los académicos pudieron conocer y preservar su obra desde el momento en el que la escribió. Su popularidad ha ido variando a lo largo del tiempo, pero, a diferencia de Safo, la voz de Marie de France nunca se perdió. Me entristece y emociona pensar en cuántas obras escritas por mujeres se han extraviado con el tiempo. ¿Cuánto nos queda de la gran Safo? ¿Cien fragmentos? Es una pena.

NG: Su obra se preservó, pero ¿qué datos históricos sobre Marie de France han llegado a nuestros días?

LG: No muchos. Sabemos que dedicó el libro de los Lais al rey Enrique II y, por lo tanto, deducimos que estuvieron relacionados. Sabemos que era alguien que hablaba francés y que llegó a Inglaterra en algún momento de su vida. Eso es todo. No sabemos en qué año nació, ni cuándo se publicaron sus escritos. Hay algunos que creen que pudo ser una de las hijas de Leonor de Aquitania, cosa que es bastante posible porque su hija Marie fomentó mucho a los escritores y músicos en la corte e invirtió mucho dinero en las artes. Otros dicen que probablemente fue una abadesa de Parking o Shaftesbury que se llamaba Marie y venía de Francia.

NG: Partiendo de esta base, ¿cómo te documentaste para escribir una novela sobre su vida?

LG: Lo primero que hice fue volcarme en su obra y buscar la vida que había en ella: imágenes, momentos, ideas. Lo reuní todo en un poema escrito en prosa, que se convirtió en la base para el personaje. Imaginé a Marie como una mujer grande, intelectualmente hambrienta, ambiciosa, muy inteligente, pero que no encajaba del todo con su entorno. En aquel momento tenía una beca en Radcliffe, un instituto de Harvard, y tenía compañeros historiadores que me ayudaron a recopilar muchísima información sobre las monjas en la Edad Media. Entre todos acumulamos una enorme cantidad de fuentes que pude revisar y leer para comprender la textura de la vida cotidiana en aquella época y las diferencias con respecto a la nuestra.

NG: Durante ese proceso de documentación pasaste unos días en la Abadía de Regina Laudis en Connecticut. ¿Cómo fue la experiencia?

LG: Fue magnífica. Quería escuchar las liturgias, que son muy similares a las que se cantaban hace mil años, en primera persona y hablar con las monjas para entender cómo es la vida en comunidad. Comprendí que en las abadías el tiempo es cíclico: las estaciones, la liturgia, los calendarios rotativos, el campo. Todo sucede en ciclos de tiempo, cosa que no entendí de verdad hasta que profundicé en mi investigación.

Marie de France, de un manuscrito iluminado en la Bibliothèque Nationale de France
Foto: CC

NG: ¿Estudiaste a otras mujeres de la época para imaginar cómo podría haber sido Marie de France?

LG: Investigué mucho sobre las místicas medievales, centrándome en Hildegarda de Bingen. De hecho, gran parte del personaje de Marie está basado en Hildegarda. Me pareció fascinante ver cómo las místicas eran capaces de convertir lo abstracto (una visión que nadie más podía ver, un regalo de Dios) en algo tan concreto como el poder económico y material. Difundiendo sus visiones, convirtiéndose en expertas, eran capaces de obtener dinero de reyes y nobles para fundar sus propias abadías y proteger a sus propias mujeres. También investigué sobre Leonor de Aquitania, hay mucho escrito sobre ella porque fue reina dos veces y madre de cuatro reyes.

NG: Solemos pensar en la Edad Media como una época oscura, trágica, violenta. Sin embargo, en tu novela Matrix hay mucha luz. ¿Tenemos una imagen errónea o estereotipada de la época?

LG: Creo que hay una generalización cultural muy negativa sobre la Edad Media que lo reduce todo a "era oscuro, todo el mundo pasaba hambre, todos estaban sucios, se morían a los 30 años y todo era terrible". Cuanto más investigas, más te cambia esta concepción. Hubo mucha luz y mucho humor en la Edad Media, incluso en los manuscritos.

NG: Humor, ¿en qué sentido?

LG: Cuando los monjes estaban escribiendo manuscritos que probablemente no querían escribir, a menudo dibujaban pequeñas viñetas extrañas y graciosas. En una de ellas, por ejemplo, aparece una monja recolectando penes de un pequeño árbol de penes. En otra, unos conejos que se enfrentan a caracoles con caras de cura. Si estas personas dibujaban chistes en manuscritos sagrados, quiere decir que eran gente divertida. Que fueran hombres santos no significa que estuvieran serios todo el tiempo.

Los monjes dibujaban chistes en los manuscritos sagrados, eran gente divertida.

NG: En la misma línea, ¿crees que tenemos una imagen simplificada sobre cómo era la vida de las mujeres en la Edad Media?

LG: Cualquier visión del siglo XXI sobre la vida de las mujeres de la Edad Media viene cargada de prejuicios y generalizaciones, ya que no tenemos conocimiento de primera mano. Creo que no entendemos que, muchas veces, los conventos y abadías fueron una gran válvula de escape para muchas mujeres que no querían casarse y tener hijos (el camino más común en aquella época). Por supuesto, no todas las abadías eran buenas, a veces las princesas eran robadas y encerradas allí para que no pudieran tener hijos y estos no pudieran crecer y entrar en el “juego” de los reyes. Así que no todos los centros religiosos eran refugios seguros, pero sí eran una “segunda opción” para las mujeres que no querían ser esposas o madres.

NG: En Matrix hablas sobre la belleza como algo que determinaba la vida de una mujer en la Edad Media. ¿Consideras que es algo que se ha mantenido a lo largo de los siglos o hemos evolucionado?

LG: La belleza femenina es una bendición y una maldición a partes iguales y siempre lo ha sido. Creo que la búsqueda de esa belleza ha arruinado la vida de muchas personas y que la falta de ella ha arruinado la vida de muchas otras. Creo que la cantidad de poder que se le ha dado a la belleza femenina a lo largo de la historia es, simplemente, fascinante. Pero no creo que hayamos mejorado, no. Sin embargo, considero que ahora, gracias al feminismo, podemos cuestionar este tema de una manera en la que no podían hacerlo antes.

NG: Pese a que la novela sucede en la Edad Media, muchos de los problemas planteados resuenan con la actualidad. ¿Cómo has creado este “diálogo” entre el presente y el pasado?

LG: Este era uno de los grandes objetivos de la novela. No quería escribir sobre el siglo XXI, no quería escribir sobre Internet. Pero sí que quería hablar sobre cosas que me parecen importantes y urgentes, especialmente sobre el cambio climático y la mujer. Tenía que mirar al pasado y luego al presente y encontrar las similitudes entre los conflictos de cada momento, para luego llevarlos al texto. Pienso que el deber del escritor contemporáneo es escribir sobre el mundo contemporáneo, pero no tiene por qué ser hablando del presente directamente, puede ser escribiendo sobre la historia o sobre el futuro.

NG: Desde el principio de la novela, Marie aparece como una mujer muy sexual, consciente de su cuerpo y sus deseos. No es la imagen que alguien espera de una monja de la Edad Media. ¿Por qué decidiste caracterizar así al personaje?

LG: Lo hice porque fue el personaje que visualicé. Vi a una persona muy terrenal, independientemente de la época en la que se encontrara. Creo que, incluso si hubiese pertenecido al siglo XX o al siglo XVII, Marie hubiese tenido sexo con muchas personas. Así que fue esa mentalidad la que me hizo mostrarla teniendo sexo en el convento. Además, procuré que en el libro no hubiese nada absolutamente inventado a parte del personaje de Marie y los personajes que la rodean, y eso es algo que aparece repetidamente en los registros históricos.

NG: ¿Consideras que es importante reivindicar a las mujeres referentes de la historia desde el feminismo actual?

LG: Por supuesto. Hay una gran académica de Columbia University, Saidiya Hartman, cuyo trabajo como historiadora y pensadora cultural es encontrar lagunas en las que los registros históricos nos fallan porque en su momento la gente pensó que las vidas de, por ejemplo, las niñas afroamericanas esclavizadas no eran lo suficientemente importantes como para ponerlas en los registros. Lo que hace es retroceder en el tiempo, realizar una profunda investigación y luego, a través de la imaginación, da vida a estas personas para que sean lo suficientemente importantes como para ocupar un espacio. Creo que no es tanto una reivindicación como la insistencia de que estas personas fueron y son importantes.

NG: Safo predijo: “alguien se acordará de nosotras en el futuro ”.

LG: Sí, incluso si no las recordamos directamente, siento que existe una especie de influencia que pasa de generación en generación como en un efecto dominó. Puede que sus nombres se hayan perdido, o los datos sobre sus vidas, o que a muchas ya no se las recuerde, pero esa influencia resiste al paso del tiempo y al final llega a nosotras y las sentimos.

La ficción histórica puede ayudar a combatir las generalizaciones o prejuicios que todos tenemos sobre las distintas épocas.

NG: ¿La ficción histórica es una buena herramienta para redescubrir o reconstruir la historia?

LG: Completamente. La ficción histórica tiene un público mucho más amplio que la historia en sí, aunque la segunda sea más vigorosa. Lo que pasa es que la ficción histórica puede conseguir que una persona que creía no estar interesada en un tema de repente sienta curiosidad y empiece su propia investigación y comprensión del pasado. La ficción histórica coge los datos que nos da la historia y les infunde una chispa de vida. Así, tal vez, los relatos permanecen en la mente de los lectores durante más tiempo o de un modo diferente, con una aproximación más personal y empática a través de los personajes. También creo que la ficción histórica puede ayuda a combatir las generalizaciones o prejuicios que todos tenemos sobre las distintas épocas.

NG: ¿Tienes la intención de escribir más libros sobre mujeres de la historia?

LG: ¡Claro! Mi próximo libro, The Vaster Wildes, se publicará en inglés en otoño de 2023. Sucede en 1609 y trata sobre una mujer que llega con los ingleses a James Town, el primer asentamiento exitoso de los británicos en Virginia. Pasa un invierno terrible en el que suceden cosas horribles y decide huir del asentamiento. Es, básicamente, una Robinson Crusoe femenina ¡ambientada en la época de Shakespeare!

NG: ¿Comparte algunos de los temas tratados en Matrix?

LG: Comparte muchas cosas con Matrix. Trata sobre Dios, sobre la forma en la que la religión ha suprimido tradicionalmente a las mujeres y a las minorías, sobre cómo la religión también ha sido la excusa para destruir el planeta y la intersección de todo eso. Después de The Vaster Wilds, mi siguiente libro estará ambientado en la actualidad. No pretendo escribir una trilogía, ya que son historias diferentes en las que, incluso, utilizo lenguajes muy diferentes. Pero sí que son libros conectados bajo la superficie, como si cada uno fuera el canto de una ballena y esos cantos emergieran en las páginas de cada novela.