“Nuestro mundo está en peligro”, es como introducía el ecologista John Seed el libro Thinking Like a Mountain en 1988. Durante los últimos treinta años, la crisis ecológica se ha acelerado y el peligro de nuestra supervivencia es evidente. El nivel medio global del mar ha aumentado a un ritmo de más de 3 milímetros al año en las últimas dos décadas. Desde 1990, el mundo ha perdido 420 millones de hectáreas de bosque, y desde 1980, las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado un 100% (IPBES, 2019).

Todos estos problemas globales han marcado nuestra infancia, y es que los jóvenes hemos crecido escuchando constantemente que la Tierra, nuestra casa, está en llamas. Los adultos nos han hablado sobre el cambio climático, el deshielo de los polos y las especies en peligro de extinción desde que tenemos uso de la razón.

Un estudio de la Universidad de Bath demuestra que el 60% de los jóvenes se sienten inquietos por el futuro a causa del cambio climático. Entre las respuestas también aparecían sentimientos como miedo, tristeza, ansiedad, impotencia y culpa. Además, 77% de los jóvenes ven el futuro con miedo y el 56% creen que la humanidad está condenada.

¿De qué manera podemos luchar para cambiar las cosas?

De aquí a pocos años, seremos nosotros quienes deberemos tomar las decisiones que afecten al planeta, por esta razón nos tenemos que preparar para afrontar estos retos. El destino de la Tierra está en nuestras manos y no podemos esperar mucho más, debemos empezar ahora.

En los últimos años, hemos visto un surgimiento del activismo climático liderado por personas muy jóvenes: Greta Thunberg en Suecia, Autumn Peltier en Canadá, Helena Gualinga en Ecuador, Kehkashan Basu en los Emiratos Árabes, Maria Serra en España, entre muchos otros. Estos movimientos son la semilla que necesitamos para empezar a luchar de manera colectiva. Además, muchos jóvenes también son ya activos en la política, mediante plataformas como el Parlamento Europeo de los Jóvenes (European Youth Parliament, EYP), donde sus más de 3000 miembros discuten problemas globales ambientales y proponen soluciones.

Tras el auge de “Fridays for our Future”, 6 millones de personas se unieron a la Semana Global para la Acción Climática. Esto nos demuestra que aun siendo jóvenes, ya que muchos de nosotros no podemos ni votar, somos capaces de hacer oír nuestra voz.

Según Natalye Paquin (2020) el 40% de jóvenes pertenecientes a la Generación Z declara haber participado como mínimo en cinco actividades de compromiso cívico, esto nos muestra la proactividad del colectivo joven, pero no es suficiente, tenemos que sumar y empoderar al resto de jóvenes. Si nos esforzamos llegaremos a ver el idílico mundo verde y pacífico que imaginamos al pensar en el futuro. ¿Te unes a nosotros?

"En lugar de controlar el medio ambiente en beneficio de la población, tal vez deberíamos controlar la población para garantizar la supervivencia de nuestro medio ambiente" -Sir David Attenborough.