Durante millones de años hemos estado viviendo de la tierra, aceptando lo que ella ofrecía. Antes, nuestras acciones no tenían graves consecuencias, pero estos últimos años el abuso de los recursos se ha hecho más que evidente.

La búsqueda desesperada del avance y la evolución han hecho que mejoremos como humanos, pero convirtiéndonos en parásitos, devorándolo todo poco a poco, sin pararnos a pensar ni por un momento cómo afectan nuestras acciones al medio natural.

Esto ya lo sabemos, nos lo han contado de cien maneras diferentes.

Contémoslo de la manera ciento una. Imaginemos que pudiéramos darle otra interpretación a una película. Tarzán, de Disney, es una película que todos hemos visto. Podemos ver un chico conviviendo con monos, unos ingleses que llegan de repente... O podemos mirar más allá. Encontrar similitudes entre los personajes y nosotros.

Comencemos con Tarzán; viaja con gorilas y vive en la naturaleza, como las primeras comunidades humanas: nómadas, cazadores, recolectores…

Es un chico sencillo, fabrica armas con ramas y piedras como los hombres de la prehistoria, cuando aprendieron a hacer armas y utensilios con los materiales que tenían. Siente curiosidad e intenta desarrollar mejores métodos para obtener comida o mantenerse a salvo de la lluvia. El personaje repite el avance de las primeras civilizaciones.

Hablemos de Jane, quiere aprender de la naturaleza, pero le da miedo; no está acostumbrada a la vida salvaje. Al conocer a Tarzán se adentra cada vez más en la jungla y ve las cosas maravillosas que esconde, sintiendo una fuerte conexión con la naturaleza, que le hace defender y admirar la vida que ve en ella. Este comportamiento recuerda a las civilizaciones antiguas, quienes respetaban y veneraban a la naturaleza, creando dioses para justificar los fenómenos naturales y estableciendo lugares “sagrados”, castigando a quien los profanase.

El cazador Clayton; desgraciadamente, el personaje que mejor refleja nuestra actitud actual. Busca utilizar la expedición para cazar animales y ganar dinero a su costa. La sociedad actual se comporta de manera similar. Clayton es un hombre que quiere enriquecerse usando a los gorilas; los humanos actuales buscan aumentar su riqueza y evolución, aunque sea pisoteando los bosques y los animales. Nuestra sociedad consumista nos ha llevado a parecernos más al malo de una película infantil que al héroe.

Tras un mes confinados por esta pandemia, la naturaleza está recuperando poco a poco el aspecto que debería tener, reconquistando el terreno que era suyo, que nosotros requisamos sin derecho. Los medios de comunicación muestran animales salvajes paseando por nuestras ciudades. Seo Birdlife ha instalado cámaras para seguir la actividad de las aves en los bosques. Según National Geographic, unos pandas del zoo de Hong Kong se han apareado por primera vez en 10 años. Durante años hemos sometido a los animales. Es su turno de vivir.

Cuando volvamos a las calles, eso acabará. Está en nuestro ADN intentar conquistar lo que queremos o creemos nuestro, no hay más que examinar nuestra historia para verlo. No sabemos qué es compartir, no realmente.

Afortunadamente, momentos como el día de la Tierra nos recuerdan la necesidad de cambiar. Es primordial que sepamos el daño que provocamos, que veamos el monstruo que es la sociedad humana, que ha demostrado ser menos capaz de razonar sobre ciertos temas que cualquier animal.

Es hora de cambiar el chip, ser como el profesor Porter, que busca aprender de los animales. El 22 de Abril debe recordarnos que podemos hacer algo bien. Podemos cambiar, lo hicimos hace años y empeoramos, ahora debemos mejorar.

Elisa de Rueda Medina. Escuelas San José Jesuitas. Valencia.

....


Este es uno de los trabajos ganadores o finalistas del I Concurso de redacción periodística para jóvenes de National Geographic España y RBA Libros, dedicado al Día de la Tierra. Aquí podéis consultar la lista completa de los trabajos premiados y seleccionados por el jurado.