Fin a los vehículos de combustión. Nuevos impuestos medioambientales. Nuevos requerimientos medioambientales a navieras y aerolíneas, planes de reforestación, requisitos verdes para las importaciones… Estas son algunas de las medidas del paquete legislativo que acaba de lanzar la Comisión Europea con un objetivo claro, reducir al 55% las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2030, un requisito previo al fin último de la neutralidad de carbono marcada para el año 2050.

Las nuevas medidas no solo buscan reducir las emisiones, sino también transformar gradualmente la economía y la sociedad para promover un crecimiento económico más sostenible, lo que de manera indirecta reducirá también la dependencia energética de la Unión. Repasamos algunos de los puntos más relevantes de la nueva legislación:

Reforma del comercio emisiones

El Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (ETS) de la UE se basa en una serie de transacciones basadas en el precio al carbono. Se trata de un instrumento de mercado que desincentiva la producción de bienes que supongan un aumento de las emisiones. Cada año, el límite de emisiones se reduce, aumentando con ello el precio de la tonelada de CO2, hoy en torno a los 50 euros.

“En los últimos 16 años se ha conseguido reducir en un 42,8% las emisiones de la generación de electricidad y de las industrias de alto consumo energético”, señala un comunicado oficial de la Comisión, en el que se propone rebajar todavía más el límite global de emisiones y aumentar el ritmo de la reducción anual. La institución insta asimismo a eliminar gradualmente los derechos de emisión gratuitos para el sector de la aviación y el transporte marítimo, así como un nuevo sistema de comercio de emisiones independiente para la distribución de combustible para el transporte por carretera y los edificios.

Inversión en transición energética

Además, para complementar el gasto de la transición energética, la institución insta a los Estados miembros a destinar la totalidad de sus ingresos por el comercio de derechos de emisión a proyectos relacionados con la transición energética. La nueva normativa fija que una parte específica de los ingresos del nuevo sistema para el transporte por carretera y los edificios deberá abordar el posible impacto social en los hogares vulnerables, las microempresas y los usuarios del transporte.

Reducción de emisiones en infraestructuras

La denominada Ley de Reparto del Esfuerzo (Efford Sharing Regulation) asigna a cada Estado miembro una serie de objetivos relacionados con la reducción de emisiones de los edificios, transporte marítimo nacional y transporte por carretera, además de sectores como la gestión de residuos, la agricultura y las pequeñas industrias. Objetivos que estarán relacionados con las capacidades económicas y el PIB per cápita de cada país.

Reducción de emisiones de carbono

La Comisión Europea insta a los Estados miembros a compartir la responsabilidad de la eliminación del carbono de la atmósfera, para lo que contempla una modificación de la Ley sobre el uso del suelo, Silvicultura y Agricultura. La nueva norma contempla medidas para retirar el equivalente a unas 310 millones de toneladas de emisiones de CO2 para 2030. En concreto, para cumplir este objetivo, se insta a que los Estados miembros preserven amplíen sus bosques, sumideros naturales de carbono. Y no solo eso. Para 2035, la UE debe aspirar a alcanzar la neutralidad climática en los sectores del uso de la tierra, la silvicultura y la agricultura, incluyendo también las emisiones agrícolas no relacionadas con el CO2, como las derivadas del uso de fertilizantes y la ganadería.

En 2035 la UE debe aspirar a alcanzar la neutralidad climática en los sectores del uso de la tierra, la silvicultura y la agricultura

Para desarrollar esta medida, la Comisión destaca el papel de la denominada Estrategia Forestal de la UE , cuyo objetivo es el de mejorar la calidad, la cantidad y la resistencia de los bosques de los países miembros. Además del apoyo a proyectos de silvicultura y el uso de biomasa de forma sostenible, establece un plan para plantar 3.000 millones de árboles en toda Europa para el año 2030.

El 40% de la energía deberá ser verde

“La producción y el uso de la energía representan el 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero de UE, por lo que es crucial acelerar la transición hacia un sistema energético más ecológico”, señala la Comisión Europea. La nueva Directiva de Energías Renovables, fijará un objetivo ambicioso: el 40% de la energía de los países de la Unión deberán ser renovable para el año 2030.

Renovación de edificios públicos

Para reducir el uso global de la energía, recortar las emisiones y hacer frente a la pobreza energética, la Directiva de Eficiencia Energética establecerá un objetivo anual vinculante más ambicioso para reducir el uso de la energía en todos los países de la Unión. Orientará la forma de establecer las contribuciones nacionales y casi duplicará la obligaciones de ahorro energético anual para los Estados miembros.

Entre las distintas medidas vinculantes, destaca la obligación de la renovación del 3% del parque de edificios públicos para mejorar la eficiencia energética.

Reducción de emisiones de CO2 de turismos y furgonetas

La nueva normativa impone restricciones más estrictas a las emisiones de CO2 de turismos y furgonetas. La primera exigencia es que las emisiones de los vehículos nuevos se reduzcan un 55% a partir del año 2030. Pero no solo eso, la medida contempla la paulatina reducción de este tipo de vehículos contaminantes a lo largo de los cinco años siguientes, hasta acabar desapareciendo del mercado para el año 2035, año en el que todos los turismos y furgonetas matriculados deberán ser libres de emisiones. Sin excepción.

Todos los vehículos matriculados en 2035 deberán ser libres de emisiones

Para garantizar que los conductores puedan cargar o repostar sus vehículos en, la nueva normativa exige los Estados miembros que amplíen la capacidad de carga en función de las ventas de coches de cero emisiones y que instalen puntos de carga y repostaje a intervalos regulares en las principales carreteras: cada 60 kilómetros para la carga eléctrica y cada 150 kilómetros para el repostaje de hidrógeno.

Mayores exigencias al transporte aéreo y marítimo

Los combustibles usados en el transporte aéreo y marítimo son responsables de gran parte de la contaminación atmosférica, con lo que, según las nuevas exigencias de la Unión, requieren una acción específica que complemente el comercio de emisiones. En este sentido, la nueva Norma de Infraestructuras para Combustibles Alternativos exige que las aeronaves y los buques tengan acceso a un suministro eléctrico verde en los principales puertos y aeropuertos. Por otra parte, la Iniciativa ReFuelEU obligará a los proveedores de combustible a incorporar cada vez más alternativas sostenibles en los aeropuertos de la UE, incluidos los combustibles sintéticos de bajo contenido en carbono, conocidos como e-fuels. Del mismo modo, la Iniciativa Marítima FuelEU estimulará la adopción de combustibles sostenibles y tecnologías de emisiones cero para el transporte marítimo, estableciendo un límite máximo a la emisión de gases de efecto invernadero de los buques que hagan escala en los puertos europeos.

Nuevos impuestos energéticos

“El sistema fiscal destinado a los productos energéticos debe apoyar la transición verde a través de los incentivos adecuados”, afirma el nuevo texto de la Comisión Europea. El nuevo paquete fiscal persigue, según la institución, fomentar las tecnologías limpias y eliminar las exenciones fiscales obsoletas. Los impuestos verdes, menos perjudiciales que los gravámenes sobre el trabajo, permitirán a los Estados miembros encaminarse hacia la transición energética al tiempo que garanticen ingresos fiscales.

La idea es reformar completamente el marco fiscal del sector energético, aumentando los gravámenes de los combustibles más contaminantes, como pueden ser el diésel o la gasolina, especialmente la dedicada al transporte, y disminuyendo la carga impositiva de alternativas más sostenibles, como los biocombustibles o energías alternativas como el hidrógeno.

El gasóleo, la gasolina y otros combustibles no sostenibles se les aplicará una tarifa mínima más alta: de 10,75 euros por gigajulio si se utilizan como combustible de motor, y 0,9 cuando se destinen a la calefacción. Por el contrario, la electricidad, independientemente de su uso, así como el biogás, o el hidrógeno verde estará sometido a una tarifa mínima de 0,15 euros.

Arancel climático

Las instituciones comunitarias son conscientes de que, a pesar de contar con una población de unos 450 millones de habitantes, no solo es la región del planeta que genera más emisiones de gases de efecto invernadero. Por ello, ha establecido un paquete de medidas destinadas a penalizar las emisiones procedentes de otras partes del mundo. El nuevo arancel penalizará por primera vez las importaciones de terceros países más laxos con las reducciones de emisiones.

Para evitar lo que la Unión Europea denomina ‘fuga de carbono’, se establece un sistema de aranceles que penalizan las emisiones y fomentan la adopción de medidas para la transición energética. Un nuevo mecanismo que podría afectar a sectores de gran consumo energético, como el acero y el aluminio.