En 2018, el pintor Nicholas Jonesfue nombrado artista residente en el Instituto Scott para la Investigación Polar. Fue el comienzo de un viaje hacia el Ártico en el que se embarcó hacia los parajes helados de Groenlandia y la isla de Baffin, y el cual inspiró un conjunto de pinturas acrílicas que hoy se exhiben en la galería Crane Kalman de Londres.

Nicholas Jones
Abordo del Akademik Sergei Vavilov, un antiguo buque de investigación polar ruso de 117 metros, pintura, papel, cámara y cuadernos de bocetos en mano, Jones montó su estudio en la cubierta superior del barco. "Decidí muy pronto que mi objetivo para el viaje sería simplemente observar, sentir y formar parte de la experiencia en todo lo posible”.
"Navegamos desde Kangerlussuaq al oeste de Groenlandia, por el fiordo Sondre Strom de 190 kilómetros, remontando toda la costa hasta Qeqrtarssuaq", cuenta el artista. "En el camino, nos detuvimos en una serie de asentamientos, incluido Ilulissat con su extraordinario fiordo de hielo, designado por la UNESCO como patrimonio de la humanidad y puerta de entrada del mar de Sermeq Kujalleq. Allí se halla unos de los pocos glaciares a través de los cuales la capa de hielo de Groenlandia llega al mar, y uno de los glaciares más rápidos y activos del mundo. Luego navegamos hacia el oeste a través del estrecho de Davis hasta el Ártico canadiense y por la costa este de la isla de Baffin".
“En este momento de la historia, cuando nuestro planeta se está calentando a un ritmo sin precedentes, la imagen de un iceberg tiene un impacto inquietante. Mientras los veía pasar con una indiferencia digna y solemne, no solo me cautivó su austera belleza, sino que sentí el dolor de esa pérdida de la que se habla tan poderosamente. Los icebergs son, por supuesto, una parte natural del ciclo de la vida en nuestro planeta. Pero el rápido calentamiento de la tierra está acelerando la velocidad a la que estos se desprenden de los glaciares, lo que tiene implicaciones potencialmente catastróficas".
"En general, me levantaba alrededor de las 5 de la mañana y salía a cubierta, donde pasaba un par de horas observando cómo el cielo se iluminaba y salía el sol. Me encontré con las cualidades maravillosamente nítidas, puras y sutiles de la luz ártica. Fue emocionante hallarme en el mar y pasar innumerables horas en cubierta respirándolo todo. La experiencia de acercarme aún más al hielo en un kayak y poner mis manos en el agua; sentarme allí en silencio y completa serenidad, es alfo que no olvidaré ".

Buque ruso de investigación Akademik Sergei Vavilov

Illulisat, Groenlandia
"Con el tiempo, un iceberg se descongela gradualmente, se rompe y libera el sedimento que ha estado transportando, enriqueciendo el lecho oceánico. Aunque la forma de un iceberg está siendo continuamente alterada por los elementos, mantiene naturalmente su equilibrio, a veces girando dramáticamente en el agua para revelar partes de sí mismo que habían estado sumergidas durante mucho tiempo. En última instancia, sin embargo, se entrega a algo más grande: el océano.
"A nivel simbólico personal, encuentro que los icebergs son hermosas imágenes de confianza, entrega y desapego, todas ellas cualidades a las que aspiro. Una vez que un iceberg se ha desprendido del glaciar o la plataforma de hielo a partir de la cual se formó, queda en manos de los elementos; el viento, las olas y las corrientes oceánicas. Puede que por un tiempo quede varado en tierra, en aguas poco profundas para soportar su inmensidad, pero con el tiempo se dejará llevar al mar para dejarse ser moldeado y esculpido por las corrientes y mareas, el viento, el clima y el flujo del tiempo”.
"Me pareció estimulante estar inmerso en un entorno compuesto por los ingredientes más simples: hielo, agua, roca y luz"
"Liberado de las rutinas y distracciones de la vida normal, sentí una claridad mental inusual y una conexión creciente con los ritmos y maravillas del mundo natural", cuenta Jones. "Me pareció estimulante estar inmerso en un entorno compuesto por los ingredientes más simples: hielo, agua, roca y luz. A mi regreso, esas intensas experiencias del vasto espacio ártico y su luz numinosa se quedaron conmigo y parecieron inducir una nueva e intensa claridad a mis pinturas".