Océano. Esa masa de agua y sal, aquello que nos rodea y nos da la vida a los humanos y a tantas especies más. Al contrario de lo que muchos creerán, no solo nos da y protege la vida como especie, también nos ayuda a crecer como seres humanos; su delicadeza, su respeto hacia lo demás y su fuerza son dignas de aprendizaje y de homenaje; pero, ¿por qué no le damos la importancia que se merece? ¿Por qué menospreciamos su presencia y su valor?

Todos sabemos que para combatir el cambio climático es totalmente necesario reducir las emisiones de dióxido de carbono y para ello, son necesarios los árboles. Pero, ¿y el mar? ¿Qué función lleva a cabo? Los océanos nos proporcionan alrededor del 80% del oxígeno del planeta a través del fitoplancton que son microorganismos autótrofos; esto es, organismos microscópicos que se nutren a base de practicar la fotosíntesis. Estas maravillosas criaturas utilizan substancias químicas inorgánicas para crear sus nutrientes, y a su vez, expulsan oxígeno a la atmósfera. Es por eso que los océanos son una parte tan importante de la solución al cambio climático; al igual que los árboles, nos ayudan a reducir la concentración de dióxido de carbono la atmósfera.

¿A estas alturas quién no habrá visto la gigantesca isla de plástico del Pacífico? El plástico es uno de los grandes problemas de la humanidad. Es un material resistente y útil pero los productos de corta vida para los que se utiliza, acaban en el mar. Y no son solo las bolsas de plástico, los globos o las pajitas, otra gran parte de la basura en el mar son las redes fantasma. Esta basura, mata el mar y a sus habitantes, y por si estas razones no fuesen suficientes para proteger el océano, todo el daño que le provocamos nos perjudica directamente; pues, todo ese plástico que entra en el organismo de los peces nos llega a nosotros y a los pájaros omnívoros a través de la cadena alimenticia.

Al contrario que los parques naturales terrestres, el 95% del océano no goza de protección. Al ser aguas internacionales, ningún país se hace responsable de ellas. Esto fomenta la pesca ilegal, que no se limpien las zonas más contaminadas, que nadie se haga cargo de la contaminación de estos lugares sin explorar. Según el “Manifiesto Azul”, para 2030 deberíamos de tener asegurada la protección del 30% de los océanos, la seguridad de que la actividad humana fomente la vida de los ecosistemas marinos y leyes que controlen la pesca.

Lo más importante no es hablar sobre el problema, sino hablar y ser parte de la solución. Hay que recordar que todos somos responsables del problema pero también de la solución. Debemos actuar ahora, y si dejar de utilizar plástico no parece suficiente, construyamos nuestro camino hacia más organizaciones e investigaciones a favor de la protección de nuestra vida: el océano.

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Este es uno de los trabajos ganadores o finalistas del II Concurso de Redacción Periodística para Jóvenes de National Geographic España y RBA Libros, dedicado a los océanos. Aquí podéis consultar la lista completa de los trabajos premiados y seleccionados por el jurado.