El museo viviente de la miel, una oda fotográfica a la apicultura

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Las manos de una persona pueden en muchas ocasiones decirnos tanto de ella como su rostro o una mirada. Puede que más. Cera y piel son todo uno en el apicultor veterano; manos curtidas, vibrantes e inquietas, pero también sabias, pacientes y tenaces. Me pregunto si el amante de la apicultura hace una especie de promesa de mimetización con el trabajo de las abejas. Un pacto de intensa autenticidad que lo impregna todo. Como el sabor de la miel.

En la comarca coruñesa de Arzúa, en la que las piernas de los peregrinos a Santiago de Compostela seguramente delatan ya el paso de los kilómetros recorridos, cerca del embalse de Portodemouros, se encuentra un rincón digno de otro tipo de peregrinación. Es el Museo Vivente do Mel, O Enredo do Abelleiro, un lugar en el que se rinde culto al arte de la apicultura, a la naturaleza y a la tradición. Isidro Pardo es el alma de este proyecto, en el que el visitante puede conocer todos los secretos del mundo de las abejas. A Isidro se le ilumina la cara cuando habla de panales, de cera, de miel y de los utensilios que él mismo ideó para la fabricación de colmenas.

En este rincón se respira pasión por la apicultura y por el trabajo bien hecho...

Javier González Prieto es fotógrafo profesional y profesor de Geografía e Historia en la comunidad autónoma de Andalucía

 

En el exquisitamente ordenado taller de "O enredo do abelleiro" se fabrican artesanalmente los panales y se realizan diferentes actividades de mantenimiento del museo.

Foto: Javier González Prieto

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En el exquisitamente ordenado taller de "O enredo do abelleiro" se fabrican artesanalmente los panales y se realizan diferentes actividades de mantenimiento del museo.

Un grupo de colmenas de "O rincón do abelleiro". El privilegiado entorno dominado por el bosque autóctono de roble da como resultado una miel de extraordinaria calidad.

Foto: Javier González Prieto

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Un grupo de colmenas de "O Enredo do Abelleiro". El privilegiado entorno dominado por el bosque autóctono de roble da como resultado una miel de extraordinaria calidad.

Isidro Pardo, un experto apicultor, en plena fase de preparación de un panal para que sea habitado en el futuro por miles de abejas.

Foto: Javier González Prieto

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Isidro Pardo, un experto apicultor, en plena fase de preparación de un panal para que sea habitado en el futuro por miles de abejas.

Las manos curtidas, vibrantes e inquietas, pero también sabias, pacientes y tenaces de un apicultor veterano, se funden como si fueran una sola con la cera de un panal de abejas.

Foto: Javier González Prieto

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Las manos curtidas, vibrantes e inquietas, pero también sabias, pacientes y tenaces de un apicultor veterano, se funden como si fueran una sola con la cera de un panal de abejas.

Decenas de paneles apilados se preparan antes de colocarles la cera, en el paso previo a la instalación final de la colmena.

Foto: Javier González Prieto

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Decenas de paneles apilados se preparan antes de colocarles la cera, en el paso previo a la instalación final de la colmena.

La precisión, la destreza y la paciencia son fundamentales para un resultado óptimo en el mundo de la apicultura.

Foto: Javier González Prieto

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La precisión, la destreza y la paciencia son fundamentales para un resultado óptimo en el mundo de la apicultura.

En el taller de Isidro un grupo de panales espera a ser terminado ante la mirada atenta de sus utensilios de trabajo, al fondo.

Foto: Javier González Prieto

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En el taller de Isidro un grupo de panales espera a ser terminado ante la mirada atenta de sus utensilios de trabajo, al fondo.

El propio Isidro Pardo diseña los diferentes utensilios que necesita para la fabricación de los panales en un laborioso proceso artesanal.

Foto: Javier González Prieto

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El propio Isidro Pardo diseña los diferentes utensilios que necesita para la fabricación de los panales en un laborioso proceso artesanal.

Las muestra de colmenas tradicionales son una parte fundamental para la labor pedagógica del museo.

Foto: Javier González Prieto

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Las muestra de colmenas tradicionales son una parte fundamental para la labor pedagógica del museo.