Montoro-Jerez de la Frontera: Cuaderno de bitácora de un viaje tras las huellas de Elcano (IV)

La ruta en bicicleta que conmemora el V centenario de la histórica expedición de Magallanes-Elcano prosigue por tierras andaluzas acercándose al final.

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El verano de 1519 partía de Sevilla una flota al mando del veterano navegante portugués Fernando de Magallanes. En ella, enrolado como maestre de una de las cinco naos, Juan Sebastián Elcano. Nadie podía imaginar entonces que aquella expedición acabaría por circunnavegar por primera vez el planeta. Ahora tres ciclistas vascos y tres andaluces estamos rememorando aquel hito con una ruta promovida por la Fundación Elkano y la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía. Pretendemos llegar desde Getaria a Sevilla, pasando por Sanlúcar de Barrameda. En total, 1.600 kilómetros que atraviesan cuatro comunidades españolas. ¡Pero es más lo que nos une que los kilómetros que nos separan! Este es el cuaderno de bitácora de nuestra aventura.

Octava etapa: Montoro-Palma del Río (16 de septiembre)

Hoy hemos arrancado la etapa desde la casa rural de Montoro donde nos alojaron con todas las comodidades. Somos unos privilegiados. Sobre todo, si lo comparamos con las condiciones que tuvieron los tripulantes de la primera vuelta al mundo. Y sin embargo, prosiguieron hasta alcanzar el éxito. En esas íbamos pensando cuando ha aparecido Córdoba en el horizonte, la ciudad española con más lugares reconocidos como Patrimonio de la Humanidad. Un lugar perfecto para reflexionar acerca de la diversidad cultural y la convivencia entre culturas hoy en día.

Allí nos aguardaba el filósofo José Carlos Ruiz con quien hemos tenido la oportunidad de hablar sobre qué podría aportar una vuelta al mundo actualmente a cualquier viajero que la diera, ¿cambiaría mucho su percepción de la realidad o no, qué pensáis?

Unas últimas rampas para acabar la jornada

A pesar de que ha sido una ruta relativamente fácil, también es verdad que comenzamos a acumular muchos kilómetros, calor y fatiga. Por eso, las rampas finales para ascender hasta el castillo de Almodóvar han sido bonitas pero también han dejado las piernas de todos los integrantes del equipo muy doloridas.

Novena etapa: Palma del Río-Jerez de la Frontera (17 de septiembre)

Hoy la etapa ha transcurrido por lugares que fueron fundamentales en la historia de la exploración naval. Fue una jornada donde pudimos disfrutar de unas rectas muy largas, pero con el viento en contra. La sensación de fatiga está cada vez más presente y acercarnos ya a la recta final hace que tengamos sentimientos encontrados, entre la alegría y la tristeza. Parece que fue ayer cuando salíamos de Getaria; pero ya llevamos recorridos más de mil kilómetros.

Desde Palma del Río, donde dormimos en el Monasterio de San Francisco, hemos salido hacia Écija. Conocida como "la ciudad de las torres", fue la localidad natal de Pedro de Valderrama, el capellán de la Nao Trinidad y confesor de Magallanes. Allí hemos podido conocer a Ángel Simón, biólogo que ha cunplido una labor muy importante en la conservación del lince ibérico. Nos ha explicado cómo han tardado años en restaurar dos poblaciones que probablemente se habrían perdido sin remedio en poco tiempo. A la vez, hemos podido reflexionar con él acerca de las consecuencias que han tenido los meses de confinamiento para la sostenibilidad y el medioambiente en general. ¿Qué creéis, ha sido positivo o no para la naturaleza?

Conversando con el biólogo Ángel Simón

Desde allí hemos rodado fuertes unos 80 kilómetros hasta Marchena, casi más guiados por el olfato dulce de sus famosos bizcochos que por el GPS. Curiosamente, debido a su facilidad de conservación, este producto fue el sustento básico de la primera vuelta al mundo: llevaron medio kilo por día para los casi 240 tripulantes.

Igual de importante fue el vino. De ahí que de Utrera hayamos pasado a Jerez de la Frontera, entrando así en Cádiz, la última provincia andaluza de este viaje antes de remontar el Guadalquivir. El vino fue muy importante en la primera vuelta al mundo. Se llevaba como alimento para los expedicionarios y se convirtió en mercancía de cambio comercial en América. ¡Nosotros dejamos una bota firmada con nuestros nombres!