El planeta nos necesita ahora mucho más, ante un cambio climático que ya es notable en nuestras vidas. Sequías duraderas, tormentas devastadoras, temperaturas cada vez más cálidas y enfermedades nuevas ya están presentes en la historia de la humanidad. Ahora la sociedad lucha contrarreloj ante una nueva amenaza sanitaria llamada Covid-19, mientras el planeta toma un descanso “temporal”.
Las industrias, colegios, hoteles y tiendas están cerrados, la población está confinada en sus casas y los transportes aéreos y terrestres han disminuido; en tan solo dos semanas se han reducido en un 25% las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Ahora es el momento de aprovechar el parón de las economías para ir reconduciéndolas a unas más limpias, verdes y sostenibles.
Hace 50 años, un 22 de abril de 1970, miles de norteamericanos salían a las calles de todas las ciudades para manifestarse por la poca conciencia que había respecto a cuidar al clima y el medio ambiente de la Tierra. La agenda 2030 y el acuerdo de París de 2016, cuyos objetivos principales son evitar el aumento de la temperatura media global del planeta supere los 2ºC son "avances".
Pero... ¿estos acuerdos se están cumpliendo? En la mayoría de casos no, sólo el 20% países de los 195 firmantes están en la senda de cumplir el acuerdo. EEUU se desmarcó hace unos meses. La poca eficacia de nuestros representantes públicos para reconducir las políticas para que actúen en contra del cambio climático es bastante inoperante. La importancia de no cerrar los ojos ante la cruda realidad no es una opción viable por la situación de alarma del calentamiento global, que es una existencia. Las leyes medioambientalistas impulsadas por los gobiernos se han multiplicado por 38 desde 1972, pero la mayoría de estas no se cumplen. Este dato recogido por la ONU en 2019 es bastante alarmante. Los gobiernos plantean medidas ambiciosas que nunca se cumplen. Ante esta ineficacia, miles de jóvenes, liderados por Greta Thunberg, se manifiestan en más de 127 países repartidos por todo el mundo para reivindicar políticas para reconducir al planeta. Tenemos que pensar en las generaciones futuras que estarán unidas al planeta y empezar desde ya a poner las bases reales de unas propuestas “verdes” con el planeta. ¡Tenemos que actuar YA!