National Geographic: Es difícil definirte, haces muchas cosas en tu día a día... explorador, divulgador, buceador, activista ambiental... ¿Qué te consideras exactamente?
Enric Sala: Diría que conservacionista marino. En realidad soy muchas cosas. De profesión soy ecólogo, pero desde que empecé con el proyecto Pristine Seas (Mares Prístinos) me dedico a comunicaciones, análisis económicos, política... un poco de todo. Todo lo que se requiere para ayudar a proteger zonas en el mar.
NG: Has tenido que convertirte en una especie de hombre orquesta de la ecología...
Enric Sala: Más que hombre orquesta, un director de orquesta porque es como si tuviera una orquesta con un equipo de científicos, cinematógrafos, expertos de comunicación... gente buenísima que son mejores que yo en lo que hacen y en los que confío plenamente.
Foto: Manu Sanfélix
NG: Pristine Seas es un proyecto que empieza en 2008... ¿cómo lo definirías en pocas palabras?
Enric Sala: El objetivo de Pristine Seas es ayudar a proteger el 30% del mar para el año 2030. Y nuestra misión es trabajar con comunidades locales, socios locales y gobiernos para crear áreas protegidas en áreas vitales en el mar.
NG: ¿Cuál sería el proceso hasta que llegas a crear un área protegida?
Enric Sala: Normalmente, lo primero es establecer relaciones con los actores locales, con conservacionistas locales, comunidades locales, gobiernos, etcétera, y luego realizamos las expediciones científicas de la zona siempre involucrando a científicos locales. Luego volvemos y analizamos los datos para escribir los informes científicos, editar los documentales y realizamos análisis económicos. Hecho esto, volvemos al país en concreto donde estrenamos el documental y tenemos las discusiones con los líderes políticos y los líderes comunitarios mostrando los resultados científicos. En ciertos casos apoyando su visión de conservación y en otros casos haciendo recomendaciones. Más tarde traemos a otros socios y financiadores para poder implementar esa reserva marina.
El objetivo de Pristine Seas es proteger el 30% del mar para el año 2030.
NG: A día de hoy habéis conseguido proteger más de 6 millones de kilómetros cuadrados, más o menos la superficie de 13 veces España. ¿Cuál es el principal freno que encontráis a la hora de proteger una zona?
Enric Sala: Uno es la oposición del lobby pesquero industrial. Otro es la falta de liderazgo político.
NG: Te has relacionado con políticos de todo el mundo, ¿cómo se convence a un político de que tome ciertas medidas de protección?
Enric Sala: Primero con el corazón y después con el cerebro. Lo que funciona muy bien es llevar a los líderes políticos a esos lugares. Cuando les metemos en el agua buceando con un submarino... es indiscutible, se enamoran de esos lugares. Y si no pueden ir, nosotros se los llevamos a ellos con nuestros vídeos e historias. Una vez han desarrollado esa conexión emocional con el lugar entienden que ellos tienen la oportunidad de salvar esos lugares. Ahí es cuando preguntan: ¿pero entonces qué va a pasar con la pesca y con el turismo? Entonces les mostramos los estudios científicos y económicos mostrando que los beneficios económicos, sociales y ecológicos son mayores que la situación actual de sobrepesca.
Foto: National Geographic
NG: Normalmente se convence de manera distinta a un político que a un ciudadano de a pie.
Enric Sala: Las decisiones que tienen que tomar son diferentes, pero la manera de inspirar a los humanos a que actúen es la misma. Primero es una conexión emocional y luego llegas al cerebro. Por ejemplo, está claro que todos sabemos que una mala dieta es nociva para la salud, que fumar provocar cáncer... y aún así lo continuamos haciendo. Es decir, no tomamos decisiones racionales todo el tiempo. Aunque las decisiones que toman los políticos y el ciudadano de a pie son diferentes, la manera de decidir cambiar el comportamiento y mantener esa decisión es la misma. Resumiendo, primero hay que tener esa conexión emocional y después ir al plano racional.
NG: Cada vez parece que hay más conciencia ambiental, ¿crees que las nuevas generaciones están más comprometidas y son los que van a salvaguardar el futuro del planeta?
Enric Sala: Están más comprometidos, pero no podemos esperar a las nuevas generaciones. No tenemos tiempo. Tenemos que proteger 30% del planeta para el 2030 si queremos evitar el colapso de nuestro sistema de supervivencia. Los más jóvenes están apretando muchísimo, pero es una excusa malísima para no actuar ahora.
He visto como el mar se puede recuperar cuando protegemos zonas de la pesca, de la destrucción y de la contaminación. Además se recupera rapidísima y espectacularmente.
NG: Quizá, incluso 2030 puede ser ya demasiado tarde...
Enric Sala: Definitivamente sí. Trabajando en conservación a tiempo completo es muy difícil no ser pesimista. Sin embargo, a pesar de que todas las mañanas cometo el mismo error de leer las noticias y ver noticias ambientales y humanitarias desastrosas, yo soy optimista. Pero soy optimista porque lo he visto. Yo he visto como el mar se puede recuperar cuando protegemos zonas de la pesca, de la destrucción y de la contaminación, se recuperan rapidísima y espectacularmente. Eso es lo que me da esperanza, la recuperación que he visto y he medido.
NG: De hecho, el último reportaje que publicamos en National Geographic habla precisamente de eso, de la recuperación de una zona después de un episodio de mortandad brutal.
Enric Sala: Esta que estaba muerta en 2017 se ha recuperado. La diferencia con otras zonas es que ahí el sistema está intacto porque no se pesca...
NG: Muchas veces hablas de que la sobrepesca es uno de los grandes problemas de los océanos. A este respecto, el vegetarianismo se está alzando como una alternativa. ¿Gran parte de los problemas de los océanos se solucionarían si dejásemos de comer pescado?
Enric Sala: A ver, gran parte de los problemas ambientales se solucionarían si comiéramos más plantas y menos carne y pescado. Eso sí, a día de hoy comer más plantas en tierra es mucho más importante porque ahora mismo la mitad de la tierra cultivada es para alimentar ganado. Se consume más proteína de la que el cuerpo puede absorber, lo cual es absurdo. Nuestra alimentación actual es absurda. Pero es que además, ecológicamente no tiene ningún sentido. Es decir, no tiene sentido ni a nivel de salud, ni energético, ni ecológico: la cantidad de emisiones de metano que produce el ganado es enorme, estamos destrozando el suelo, estamos perdiendo un suelo que ha tardado miles de años en formarse, estamos utilizando mal la poca agua dulce que queda en muchos sitios, estamos generando unas emisiones de carbono enormes para producir una mínima parte de las calorías que ingerimos...
Nuestra alimentación actual es absurda. No tiene sentido ni a nivel de salud, ni energético, ni ecológico.
NG: Pero todo requiere de una educación, de que la gente conozca esta problemática... ¿Crees que sirven para algo los sistemas de etiquetaje de los productos que consumimos, como las etiquetas de producción ecológica, de kilómetro cero...?
Enric Sala: La mayor parte de estos intentos son estrategias de greenwashing.
NG: Otro de los problemas a los que se enfrentan los océanos es el cambio climático, pero parece que hay cierto desconocimiento al respecto. ¿Cuál es el principal efecto del cambio climático en los océanos?
Enric Sala: Una consecuencia es que el mar se calienta y la otra es que se hace más ácido por el CO2 de la atmósfera. Esto está provocando una mortalidad enorme de muchas especies. Por ejemplo, está matando arrecifes de coral por todo el mundo. El calentamiento en el Mediterráneo está matando gorgonias, esponjas, coral rojo... y la acidificación hace que, por ejemplo, las especies que hacen esqueletos de carbonato no puedan construirlos porque el agua es tan ácida que prácticamente los disuelve.
NG: De hecho, hay un problema poco conocido y relacionado con la pesca de arrastre y la liberación de carbono atrapado en los fondos. ¿De qué se trata exactamente?
Enric Sala: El primer metro de sedimento del fondo marino tiene dos veces más carbono que todos los suelos de la tierra. El problema es que hacemos pesca arrastre y cada año son como 4 millones de kilómetros cuadrados que se pescan con arrastre. Las redes disturban el sedimento y el carbono que hay en él, lo suspenden y cuando el carbono que estaba enterrado, de repente está disponible, los microbios se lo comen y generan CO2. Y esas emisiones dentro del agua son más grandes que las emisiones anuales de Alemania y son de la misma magnitud que las emisiones de la aviación.
Foto: Pro Delphinus.
Las redes de enmalle atrapan un delfín en una pesquería de Panamá.
NG: Otro de los grandes problemas es el tema del plástico. ¿Todo esto se acabará limpiando en algún momento?
Enric Sala: No, porque solo el 10% del plástico que está en el mar está en la superficie. Además, la mayor parte está en un tamaño que no se puede ver, que son los famosos microplásticos. Nosotros en las expediciones de Pristine Seas recogemos muestras de agua por todos los mares del mundo y en el 80% de las muestras de agua nos encontramos plástico. Hemos convertido el mar en una sopa de plástico, y eso es imposible de limpiar.
Hemos convertido el mar en una sopa de plástico, y eso es imposible limpiar.
NG: Pero hay algunos proyectos que trabajan con bacterias, gusanos, etcétera, para "comerse" el plástico.
Enric Sala: Sí, pero el problema es la gestión de los residuos sólidos. No debería entrar plástico al mar. Es como si tu bañera comenzara a desbordarse y en vez de apagar el grifo intentases sacar el agua con un vaso y con toallas. Esos proyectos que intentan limpiar el plástico tan abajo en la cadena son "tiritas".
NG: Mirando hacia casa, ¿cuáles son los grandes problemas del Mediterráneo?
Enric Sala: Históricamente ha sido la sobrepesca, pero ahora tenemos también la invasión de especies tropicales del Mar Rojo a través del canal de Suez como el pez león o el pez conejo. Se está "tropicalizando" el Mediterráneo. También existe una alta contaminación que ha crecido mucho en el último siglo. Es verdad que gracias a políticas de gestión de aguas se ha mejorado mucho la situación, pero aún así hay grandes centros industriales y mucha contaminación de sustancias químicas que no se ven. Y finalmente, el calentamiento del mar, que está teniendo unos efectos absolutamente desastrosos para todos los organismos.
El principal peligro histórico del Mediterráneo es la sobrepesca.
NG: Mirando hacia el Atlántico, ¿qué piensas como científico sobre que España se oponga al cierre de la pesca de arrastre de Áreas Marinas de ecosistemas vulnerables en esa zona?
Enric Sala: El peor enemigo de los pescadores es la sobrepesca. En España menos del 1% de las aguas están protegidas de la pesca. Hay muchas reservas marinas en el mapa, pero no tienen ningún tipo de regulación que las haga diferentes a las zonas que no están protegidas. El lobby industrial pesquero está obsesionado con beneficios económicos a corto plazo, lo cual no está permitiendo la protección adecuada y la recuperación de las especies que se están pescando. Proteger las zonas adecuadas del mar ayuda a la pesca.
NG: Pero entonces, si es bueno para la economía y es bueno para el medio ambiente, entonces ¿por qué no se aplican las medidas correctas?
Enric Sala: Actualmente no tengo ni idea de las políticas del gobierno actual, pero tradicionalmente es el interés a corto plazo. El crecimiento económico está basado en la destrucción de la naturaleza. Si tienes un bosque y lo proteges, ese bosque filtra el agua, absorbe CO2, hay polinizadores... pero eso no cuenta en el Producto Interior Bruto. Sin embargo, si lo cortas y vendes la madera, eso sí que contribuye al PIB.
NG: Con el medio ambiente, ¿nos está pasando un poco como en la película de No mires arriba, pero en vez de un meteorito, está llegando la destrucción sin verla?
Enric Sala: El meteorito todo el mundo sabe que va a llegar el día 20 de noviembre a las 14:20, y es una cosa muy evidente, pero con el medio ambiente no lo vemos de manera tan evidente. A pesar de que todos los modelos de cambio climático muestran que el calentamiento global ya está ocurriendo de manera más fuerte de lo que se había predicho, como no nos hemos muerto, pues parece que no pasa nada. Uno de los grandes problemas es que los políticos viven en ciclos que son mucho más cortos que los ciclos naturales. Y la primera ley de la política es ser reelegido. Los intereses industriales lo aprovechan para asegurarse de que no cambia nada y que ellos sigan beneficiándose ahora de destruir el mundo natural.
Haberlo visto con mis propios ojos me hace ser optimista: si dejamos espacio al mar, el mar se recupera y nos beneficiamos todos.
NG: Por terminar de una forma más alegre y optimista, ¿cuál es tu zona preferida donde hayas buceado y que has visto con tus propios ojos?
Enric Sala: Precisamente las Islas Espóradas Ecuatoriales. Porque es un sitio que está como hace mil años. Te echas al agua y cuando se aclaran las burbujas estás rodeado de tiburones, ves una enorme cantidad de peces y tortugas... y los corales cubriendo todo el fondo... Es como viajar 500 años al pasado. O las Islas Galápagos, donde puedes ver bancos de 200 tiburones martillo, tiburones ballena de 15 metros de largo... Estos son lugares extraordinarios, pero además es que he visto la capacidad del mar de recuperarse, lo que me hace ser optimista. Me quedo con eso: si dejamos espacio al mar, el mar se recupera y nos beneficiamos todos. Y eso sí son buenas noticias.