Los océanos. Vastas masas de agua que bañan, cubren y alimentan las costas de la Tierra. De ellos depende, en mayor medida de la que solemos imaginar, la totalidad de la vida en nuestro planeta. 2021 marca el inicio de la década marcada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para impulsar las ciencias oceánicas, disciplinas que se dedican a la exploración de los mares, a su estudio y a su conservación. Durante décadas hemos ignorado y menospreciado el impacto que tienen los océanos para la vida, así como la importancia de su buena preservación, y como consecuencia ahora nos enfrentamos a un reto inmenso.

Según la ONU, “hay casi 3.000 millones de personas que dependen de la biodiversidad marina costera para su subsistencia”. Además, los océanos absorben casi un tercio del dióxido de carbono producido por los humanos (2017). Su estudio, conservación y mejora es por tanto primordial para toda nuestra especie. Como todos sabemos, múltiples amenazas se ciernen sobre la vida en la Tierra, pero el debate se centra en la vida sobre la superficie, aún cuando la que está por debajo de ella es igualmente esencial. Este es uno de los primeros problemas que debemos solucionar: concienciar sobre su importancia. Para ello, es vital divulgar y dar a conocer la importancia del trabajo científico oceánico, mediante campañas que resalten el impacto de los mares en la vida terrestre y la trascendencia de su eficaz protección, en beneficio de todos.

Iniciativas como el Manifiesto Azul, impulsado por más de cien organizaciones de conservación, ya han exigido medidas en la Unión Europa, líder en objetivos sostenibles. Entre ellos está conseguir un 30% de aguas protegidas dentro de diez años, un modelo de pesca sostenible de bajo impacto en los ecosistemas marinos y un plan para que la Unión proponga un Tratado Global del Océano que proteja la biodiversidad marina más allá de sus propias fronteras. Según Roberto Aguilar, director de exploraciones en OCEANA, “el problema principal de los océanos no es una cosa concreta, sino la sinergia de muchas cosas”. Al cambio climático acelerado se le une la contaminación, la sobreexplotación pesquera y la desaparición de hábitats, y la suma de estos factores resulta en una compleja mezcla de problemas a resolver. Para ello, aumentar la financiación de las ciencias oceánicas es esencial, pues son ellas las que, mediante la exploración y el estudio, proporcionan las soluciones que nos permitirán asegurar la supervivencia de los océanos.

En momentos de crisis es importante el optimismo, pero lo es más el realismo. Los océanos son decididamente un medio esencial para mantener la vida en todas sus formas, y no podemos dejarnos engañar por la fe en el cambio. Esta década para impulsar las ciencias oceánicas viene en un momento clave para buscar y encontrar las soluciones efectivas a la mezcla de amenazas que acechan a nuestros mares, y será decisiva para garantizar su supervivencia.

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Este es uno de los trabajos ganadores o finalistas del II Concurso de Redacción Periodística para Jóvenes de National Geographic España y RBA Libros, dedicado a los océanos. Aquí podéis consultar la lista completa de los trabajos premiados y seleccionados por el jurado.