Es muy posible que en casa uséis pajitas de plástico, botellas de agua y bolsas de plástico, y que tras un breve uso, a veces de apenas unos minutos, no volváis a utilizarlos. Estos artículos de un solo uso no desaparecen cuando los tiras a la basura y representan más del 40% de los desechos de plástico. Cada año, más de ocho millones de toneladas de basura plástica acaban en el océano. Estos residuos ponen en peligro la fauna marina, contaminan el agua y amenazan la salud humana.
Las estadísticas son aterradoras, pero tienes un arma secreta perfecta para frenar el uso del plástico en tu familia: tus hijos.
Muchos niños se preocupan por los animales –desde luego no quieren ver a una tortuga marina sufriendo porque tiene una pajita de plástico clavada en un orificio nasal– y cada vez son más conscientes de que están heredando un planeta en crisis. Pequeños cambios en las rutinas familiares pueden ayudar a que a tus hijos tengan un importante papel en la lucha contra el plástico. Podéis empezar con estos consejos.