El Costasiella Kuroshimae es un pequeño molusco gasterópodo que no mide más de 10 mm y que fue descubierto en el año 1993 en los fondos marinos que rodean a la isla japonesa de Kuroshima. Esta especie de babosa marina se caracteriza por ser hermafrodita, tener una relación simbiótica con las algas donde ambos se sienten beneficiados, unas antenas que actúan como sensores químicos y le permiten buscar alimento o pareja y, lo más llamativo, una cara que recuerda a la de una oveja y la cual le otorga su apodo de "oveja marina".