Es un hecho que, por mucho que queramos a nuestros gatos, a menudo nos cuesta entender ciertos comportamientos. ¿Por qué esta afición por las cajas de cartón? ¿Por qué a veces nos traen presas muertas o tiran las cosas de la mesa? En el Día Internacional de Gato, que se celebra este 8 de agosto, he aquí la explicación a cinco comportamientos habituales de los gatos que a muchos les cuesta entender.
Su amor por las cajas de cartón
Es conocida la afición que tienen los gatos por las cajas, preferiblemente de cartón. ¿Cuántas veces, al traerle un nuevo juguete o cama, se ha mostrado más interesado por el continente que por el contenido? Este amor por las cajas de cartón es muy lógico desde el punto de vista evolutivo, ya que les permite aislarse de elementos estresantes del exterior como el ruido y el movimiento de personas y otros animales.
Los gatos son depredadores de pequeño tamaño, por lo que su instinto les mantiene en alerta ante posibles amenazas. Las cajas no solo son un lugar donde ocultarse, sino que al estar abiertas por un solo lado, cualquier posible amenaza tiene que entrar en su campo de visión y, por lo tanto, no les puede sorprender. Además, también son un buen lugar desde donde controlar su territorio sin ser vistos, acechar a posibles presas o vigilar a los intrusos.
La especial devoción por las cajas de cartón se debe a las propiedades de este material: tiene una textura agradable para acostarse en él, es un buen aislante térmico y pueden usarlo como rascador.
¿Los gatos nos ignoran?
Mucha gente se pregunta a menudo si su gato le entiende cuándo lo están llamando y decide ignorarle deliberadamente. Y la respuesta es que, efectivamente, los gatos saben identificar su nombre así como algunas instrucciones, pero que a veces prefieren no hacer caso.
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Antes de sentirte herido, debes saber que el hecho de que tu gato te ignore no significa que no le importes: simplemente, los gatos no responden a un llamado cuyo resultado no puedan identificar claramente o del que no puedan prever un beneficio evidente. Así como es probable que respondan a estímulos que asocien con un resultado concreto – por ejemplo, el sonido de la comida – su nombre no está asociado a un solo resultado.
Los perros son animales de manada y, para ellos, la interacción social que supone que les llamen es recompensa suficiente para responder a la llamada. Pero los gatos no tienen los mismos instintos sociales y, si no pueden entender por qué les llaman, pueden decidir responder o no hacerlo.
Háblale como si fuera tu bebé
Existe el mito de que los gatos parecen preferir a las mujeres que los hombres. Esta creencia tiene parte de verdad, pero no es que los gatos prefieran a las mujeres de por sí: lo que prefieren, concretamente, son las voces agudas.
La razón es que una voz aguda tiene un tono más cercano a un maullido y las gatas maúllan a sus crías recién nacidas. Por ese motivo, es más fácil que un gato asocie una voz aguda a la figura de un cuidador; y generalmente, la voz de una mujer tiende a ser más aguda que la de un hombre. Se ha comprobado que, al interactuar con personas que no conocen, la mayoría de gatos tienden a mostrarse más confiados con las mujeres que con los hombres.
¿Y es cierto que el “lenguaje de bebé” funciona con los gatos? Sí, lo hace, por el mismo motivo: hablarle a un gato con un tono agudo le hace entender que nos dirigimos a él, ya que los humanos generalmente solo hablamos de esta manera a nuestras mascotas o a los bebés. Sin embargo, así como los perros reaccionan al lenguaje de bebé sea quien sea quien lo usa, los gatos solo responden cuando es su cuidador quien les habla así.
¿Por qué nos traen presas muertas?
Si tu gato tiene acceso a zonas exteriores, aunque sean semicerradas, es probable que alguna vez te hayas encontrado con un “regalo” en forma de animal que han cazado. Los gatos llevan la caza en los genes y, aunque estén bien alimentados, su instinto les impulsará a cazar pequeñas presas, aunque no se las coman: de hecho, si tienen alimento, lo habitual (y deseable, ya que pueden transmitirles parásitos y enfermedades) es que no se las coman. Y si los traen a tu presencia, hay dos razones.
La primera es porque confían en ti. Los gatos son animales solitarios y su instinto les impulsa a esconder su comida de posibles competidores y llevarla a un lugar que consideren seguro: el hecho de que no lo esconda de ti significa que está seguro de que no vas a robárselo, lo cual debe tomarse como una gran señal de confianza. La segunda razón es que, también por instinto, comparten sus presas con su reducido grupo social para estrechar sus lazos. Y para que quede claro: esto no significa que tu gato espere que te vayas a comer su “regalo”, es el mero hecho de compartirlo lo que tiene valor.
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Y sobre todo… ¿por qué tiran las cosas al suelo?
Entre los comportamientos gatunos, pocos son tan molestos como su manía de tirar cosas de la mesa, las estanterías u otras superficies. Uno puede llegar a preguntarse si lo hacen simplemente para molestar… y la respuesta es que, en parte, puede ser así.
Hay que decir que, a priori, los gatos no tienen una preferencia especial por tirar objetos de las mesas o estanterías. En un primer momento, pueden jugar con ellos como lo harían con cualquier otro objeto o juguete, especialmente si se trata de objetos pequeños y ligeros como lápices o bolígrafos. Esto es especialmente habitual en gatos que se aburren porque no tienen suficientes estímulos, especialmente si no tienen compañeros de juego.
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Los objetos que cuelgan, como los del árbol de Navidad, son los preferidos de los gatos para jugar.
Sin embargo, si les llamamos la atención por ello, puede que sin saberlo estemos reforzando este comportamiento; ya que el gato aprende que al tirar algo al suelo dirigimos nuestra atención hacia él, y por lo tanto, puede empezar a hacerlo precisamente para conseguir dicha atención, si no le damos la que requiere. Esto puede provocar que empiece a tirar cosas que se rompen, lo cual aparte del destrozo puede suponer un peligro para él mismo.
Puesto que con los gatos es difícil corregir comportamientos adquiridos, lo mejor es intentar atajar el problema cuando aún es inofensivo: proporcionarle más estímulos a nuestro gato pero evitar darle más atención en el momento en el que tira algo, de forma que no relacione ese comportamiento con lo que para él es una recompensa, obtener esta atención.