En el reino animal, a veces pasar desapercibido puede marcar la línea entre el éxito y el fracaso, entre la vida y la muerte. Ya sea mediante la cripsis o camuflaje (imitación de las características de un objeto o de un ambiente en cuestión) o a través del mimetismo (copiar la apariencia de otros seres vivos), multitud de especies animales se valen de mil estrategias para prosperar en un medio hostil y para no sucumbir ante los ataques de los depredadores. En el medio acuático, sin embargo, ocultarse para confundirse con el entorno es uno de los recursos preferidos para pasar desapercibidos, pero incluso los objetos más difíciles de ver se vuelven detectables en el fondo marino. 

Algunos animales se mueven imitando el movimiento de objetos cercanos, por ejemplo, balanceándose junto a la vegetación, mientras que otros utilizan patrones corporales que confunden al depredador con la voluntad de reducir la probabilidad de ser capturado. Sin embargo, existe otra forma de ocultar el movimiento a la que hasta la fecha los biólogos han prestado muy poca atención: cuando un animal se esconde detrás de otros objetos en movimiento. Los científicos sabían que lo hacían algunos peces, pero hasta ahora no lo habían documentado.

Un estudio reciente ha demostrado que es el recurso utilizado por el pez trompeta del Atlántico occidental (Aulostomus maculatus) para acercarse de manera sigilosa a sus potenciales presas. Se trata de la primera vez que se documenta este comportamiento en un depredador marino, según las conclusiones de un estudio publicado en la revista Current Biology por un equipo de investigadores de las universidades de Bristol y Cambridge. 

En los arrecifes de coral existen varias especies de peces depredadores que muestran un comportamiento denominado ‘shadowing’ (en inglés, seguir de cerca). Uno de ellos es el pez trompeta, una especie piscívora que suele poblar los arrecifes de coral del Caribe y que suele seguir de cerca a herbívoros como el pez loro (Sparisoma viride). Los científicos pensaban que este comportamiento permite al pez trompeta permanecer oculto junto al otro animal mientras se acerca a su presa, reduciendo así su distancia potencial de ataque. Sin embargo, esta función nunca había sido probada hasta la fecha, lo que movió a los investigadores a reproducir artificialmente este comportamiento.

Para desarrollar el experimento, los investigadores generaron múltiples modelos en 3D de peces trompeta y de peces loro y los presentaron ‘in situ’ a una de sus presas; los peces damisela bicolor (Stegastes partitus), una especie que forma colonias muy localizadas dentro de los sustratos arrecifales y que reaccionan con mucha celeridad ante la presencia de un posible depredador.

Repitieron el experimento en distintas colonias de Curaçao, en las Antillas Holandesas, a las que se sometió a tres escenarios: un pez trompeta no oculto (depredador visible), un pez loro (no depredador), y un pez trompeta oculto tras un pez loro (depredador oculto). Dispusieron los modelos en una cuerda de nylon y los hicieron pasar por encima de la colonia de peces damisela. Después, usando vídeos y una cámara estereoscópica, cuantificaron las respuestas comunes de los peces damisela. Descubrieron que, ante la presencia de un depredador oculto, los peces damisela actuaban de una manera similar a la que lo hacían cuando se hallaban junto a una especie inofensiva para ellos, como el pez loro. 

Ante la presencia de un depredador oculto, las presas actuaban de una manera similar a la que lo hacían cuando detectaban una especie inofensiva

Los resultados experimentales indicaron que el comportamiento de ocultación reduce considerablemente las probabilidades de detección del pez trompeta y permite a este depredador acercarse más a la presa sin dificultad. Aunque el mecanismo exacto que utilizan para permanecer 'a la sombra' sigue siendo desconocido, los investigadores han concluido que reduce significativamente las posibilidades de ser detectado.

Según afirma Andy Radford, profesor de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Bristol y coautor del estudio, realizar este tipo de experimentos es una forma de comprobar empíricamente la relevancia ecológica de estos comportamientos, hasta la fecha no documentados con tanto detalle.

"Me sorprendió que los peces damisela tuvieran una respuesta tan profundamente diferente a los distintos peces; fue genial ver cómo sucedía esto en tiempo real", dice por su parte el doctor Sam Matchette, investigador del Departamento de Zoología de la Universidad de Cambridge y primer autor del estudio. 

El uso de otros animales puede servir como una importante estrategia de ocultación alternativa cuando no hay ningún objeto disponible. De hecho, los peces trompeta se observan más a menudo ocultándose detrás de otros que cazando solos en hábitats estructuralmente menos complejos, como los arrecifes de coral, con lo que, dada la degradación global de estos ecosistemas, cabe esperar un aumento de este tipo de estrategias de búsqueda de alimento.

El estudio demuestra cómo los animales pueden utilizar a otros animales para ocultarse visualmente, e ilustra aún más la diversidad de estrategias que han evolucionado en las carreras armamentísticas entre depredadores y presas.

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