El avistamiento de aves, además de una actividad científica para los ornitólogos, es una afición entre muchas personas, quizá porque nos sentimos profundamente identificados con ellas, tal y como sugiere Tim Birkhead en su libro Los sentidos de las aves. Tal vez porque la gran mayoría de las especies de aves dependen principalmente de los mismos dos sentidos de los que dependemos nosotros: la vista y el oído. “Además, los pájaros caminan sobre dos patas, la mayor parte de las especies son diurnas y algunas, como búhos y frailecillos, tienen rostros de apariencia humana o, por lo menos, rostros con los que nos podemos identificar”.
El arte de reconocer las distintas especies de aves por su taxonomía con criterios como su plumaje o su canto, entre otros factores, ha producido así catálogos exhaustivos como la nuevaLista de las Aves de España 2022, un listado actualizado y revisado de las especies de aves que oficialmente conforman la avifauna española.
Vídeo: Lo que tal vez no sepas de las aves migratorias
mayor diversidad de aves que los países de nuestro entorno
En total, son 638 especies las que han sido certificadas por el Grupo de Taxonomía (grupo de trabajo científico SEO/BirdLife), 16 especies más que las sumadas en el año 2019, cuando se contabilizaron 622 taxones. De esta manera, el número de especies registradas alcanza un nivel que supera al de otros países de nuestro entorno debido a la amplia biodiversidad que existe en España.
Algunas de estas nuevas especies certificadas como comunes cuando eran rarezas han sido el búho desértico (localizado en la ciudad de Melilla), el mochuelo alpino (en el Pirineo central) o el milano piquigualdo (isla de Tenerife). El mochuelo chico o búho del Sahara (Bubo ascalaphus) fue descrito por primera vez por el naturalista francés Marie Jules Savigny en 1809, que observó la especie durante una expedición francesa a Egipto. Por su parte, el mochuelo alpino (Glaucidium passerinum) se distribuye por zonas boreales del continente euroasiático y el milano piquigualdo, por el continente africano.
Pero, si bien estas y otras especies son nuevas porque se han avistado por primera vez debido a factores como el cambio climático (que obliga a las aves a explorar nuevos hábitats), también otras incorporaciones tienen que ver con cambios en su taxonomía. Es el caso, por ejemplo, del ánsar campestre, que se dividió en dos especies por el hábitat de cría que ocupan: de la tundra y de la taiga.
Introducción de aves invasoras
También entre las nuevas incorporaciones está una especie invasora que probablemente ha llegado a España debido a la mano humana: el camachuelo mexicano (Haemorhous mexicanus), que se extiende desde la ciudad de Murcia procedente originalmente de México y el oeste de los Estados Unidos.
En España se ha registrado la introducción en el medio natural de más de 250 especies de aves exóticas. De estas, al menos 17 especies se encuentran ya establecidas y otras 7 especies podrían llegar a estarlo próximamente. Pero esta clase de avistamientos no son una buena noticia, porque la introducción de especies exóticas invasoras por parte del ser humano es actualmente una de las principales amenazas de los ecosistemas naturales y la biodiversidad.