Los pulpos nos fascinan porque son hábiles y listos, y por su capacidad de resolver problemas y de jugar. La mayor parte de las especies costeras viven en torno a un año, pero el más grande y longevo, el pulpo gigante del Pacífico (en la imagen), llega a vivir hasta cinco años. La mayoría de los pulpos se reproducen una sola vez, al final de su vida, y a partir de ese momento entran en senescencia, un período de declive de unos meses de duración marcado por la disminución de la coordinación y la ingesta, la descomposición de los tejidos e incluso la autocanibalización. ¿Cómo se explican estos fenómenos? La ciencia sugiere que la evolución dotó a esta especie competitiva y de crecimiento rápido de un sistema interno de autodestrucción que desencadena la muerte de los individuos maduros tras la reproducción, para dar paso a una nueva generación.

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Este artículo pertenece al número de Enero de 2023 de la revista National Geographic.