Las cebras son negras con rayas blancas . La razón hay que buscarla en la embriología. Resulta que los embriones de cebra están repletos de melanina que pierden según avanza el desarrollo de la gestación. Si afeitáramos completamente a una cebra, descubriríamos que es completamente negra, costaría reconocerla. Al igual que las huellas dactilares son únicas en cada persona, no hay dos cebras con el mismo patrón de rayas . El matemático Alan Touring desarrolló una teoría que explicaba la singularidad de algunos de esos dibujos que se repiten en la naturaleza, entre ellos el del as rayas de las cebras. Recientemente, su metodología sirvió también para desvelar los secretos de las huellas dactilares humanas . ¿Qué sonido hace una cebra? Algunos podréis pensar que, debido a su parecido con el caballo, relinchan como sus hermanos equinos. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Las cebras braman, con lo que sus vocalizaciones se parecen más a las de un burro o cualquier otro ungulado, como la cabra montés. Emiten una amplia gama de ruidos, aunque la mayoría de las vocalizaciones se asemejan a ladridos o bufidos . A veces son sonidos agudos, parecidos a los chillidos de un cerdo, mientras que en otras ocasiones son más graves, parecidos a los maullidos de los gatos. Una amplia gama de ruidos que pueden responder también a diversas razones, como pueden ser llamadas de alerta o rituales de apareamiento. Las cebras tienen una vista excelente. Como la mayoría de los ungulados, tienen los ojos a los lados de la cabeza, lo que le proporciona un amplio campo de visión. Además, tienen visión nocturna, aunque no tan avanzada como la de sus depredadores. También cuentan con excelente sentido del oído. Y, al igual que los caballos y otros ungulados, pueden girar las orejas en casi cualquier dirección. La digestión de la cebra se lleva a cabo en el ciego , una parte del intestino donde compuestos complejos como la celulosa son influenciados por bacterias simbióticas. La digestión cecal es menos eficiente para digerir pastos que la digestión de rumiantes, pero lo compensan ingiriendo más forraje que los rumiantes. Así pues, como el forraje pasa más rápidamente a través del ciego, la digestión de la cebra es más rápida que, por ejemplo, la de un ñu. Por lo tanto, a pesar de que las cebras son menos eficientes que los ñus en la extracción de proteínas de sus alimentos, pueden extraer más cantidad de nutrientes de los pastos de baja calidad debido a su mayor velocidad de digestión y asimilación. Las cebras son un polo de atracción para parásitos como garrapatas, moscas, y gusanos nematodos y cestodos. Sin embargo, son particularmente resistentes a ellos gracias a su piel gruesa y su patrón único de rayas . Además, resisten muy bien las altas temperaturas, por lo que pueden habitar áreas donde los parásitos no pueden sobrevivir. Por si fuera poco, mantienen una relación de cooperación con distintas especies de aves que les ayudan a desparasitarse. Algunos científicos sostienen que las rayas de la cebra evolucionaron para evitar la picadura de los tábanos . De hecho, hay pruebas de que las rayas de la cebra interrumpen el patrón horizontal de luz polarizada reflejada en las superficies oscuras que normalmente atrae a los tábanos. Esto haría que el pelaje rayado de la cebra fuera menos atractivo para estos insectos que el pelaje de color marrón monocromático de un caballo. Las cebras duermen unas 7 horas al día, pero rara vez son consecutivas , ya que de este modo quedarían expuestas a los depredadores. Por regla general, duermen de pie durante el día y tumbadas durante la noche. Dormir erguidas les permite estar alerta en caso de peligro. Acostarse, por otro lado, les ayuda a alcanzar la fase REM y conseguir un sueño más profundo y eficiente. Las cebras tienen unos dientes incisivos increíblemente resistentes que utilizan para triturar y masticar los pastos. Su dentadura está perfectamente adaptada para descomponer la vegetación dura , como hierbas y arbustos, que conforman la mayor parte de su dieta. Los incisivos también les sirven para arrancar la corteza de los árboles y, ocasionalmente, para defenderse de los depredadores.