Aves marinas Entre las aves marinas se cuentan algunas de las especies migratorias que cubren mayores distancias del mundo. Son las únicas que han colonizado la Antártida. Las especies pelágicas, como albatros, petreles, págalos y frailecillos- rara vez van a tierra firme si no es para criar. Algunas especies, como la mayoría de las gaviotas y charranes, prefieren las aguas someras del litoral y el interior. Por ejemplo, el fumarel común (Chlidonias niger) , recorre distancias de unos 6.000 kilómetros. Cría en Europa y Asia occidental, pero inverna en África occidental hasta y en las costas de América Central y el norte de América del Sur. La mayoría de las especies migratorias se desplazan a lo largo de un mismo hemisferio, pero algunas, como la gaviota de Sabine (Xema sabini) , son transecuatoriales. El mérgulo antiguo atraviesa el Pacífico de este a oeste, y no de norte a sur. Aves acuáticas La mayoría de estas aves, entre las que se encuentran patos, gansos o cisnes, migran anualmente en bandadas siguiendo rutas fijas hasta sus zonas tradicionales de nidificación e invernada. A menudo usan las mismas zonas de descanso. Entre las especies más destacadas se cuenta el pato halvelda (Clangula hyemalis), un ave anseriforme de unos 50 centímetros de longitud que cría en regiones árticas de América del Norte, Europa y Asia . Además de volar largas distancias, es un gran buceador capaz de buscar alimento a profundidades de hasta 60 metros. El ánsar indio (Anser indicus), un ave anseriforme originaria de Asia Central (en la imagen) tiene el récord de altura entre las aves migratorias . Es capaz de superar picos de más de 8.000 metros de altitud en el Himalaya. Aves terrestres Entre las aves migratorias terrestres se incluyen especies de pequeño tamaño, como el azulillo sietecolores (Passerina ciris) , que prefiere volar de noche para aprovechar el aire fresco y suave y evitar a los depredadores. Otro ejemplo es el colibrí gorgirrubí ( Archilochus colubris, en la imagen) que vuela día y noche en solitario para atravesar el golfo de México . Las distancias de las migraciones varían según el tipo de ave y especie. Por ejemplo, el guion de codornices (Crex crex) , vuela desde el norte de Eurasia hasta el sur de África, mientras que el periquito ventrinaranja (Neophena chrysogaster), solo viaja desde la costa meridional de Australia hasta Tasmania. Caso aparte es el de la collalba gris (Oenanthe oenanthe), capaz de llevar a cabo migraciones que alcanzan casi los 8.000 kilómetros, desde Alaska hasta el Parque Nacional Ruwenzori, en la República Democrática del Congo. Aves de presa Las rapaces grandes, como las águilas, pueden ahorrar energía aprovechando las corrientes térmicas ascendentes que se forman en tierra firme, mientras que los halcones y otras aves que dependen más del aleteo pueden realizar largas travesías marinas. Las águilas y los buitres, rapaces que practican el vuelo de remonte, realizan migraciones durante el día para aprovechar las corrientes térmicas ascendentes sobre tierra firme, mientras que otras de menor tamaño, como los halcones, prefieren el litoral, donde hay vientos y presas abundantes. El búho campestre ( Asio flammeus, en la foto), presente en buena parte del planeta, es capaz de volar largas distancias sobre el agua. Una i nvestigación publicada en 2017 d ocumentó cuatro ejemplares que realizaron migraciones de hasta 6.000 kilómetros a lo largo de todo el continente americano, desde Alaska hasta el sur de Texas.