Están perfectamente adaptadas para la vida marina Las nutrias marinas viven tanto en tierra como en el agua, aunque pasan la mayor parte del tiempo en el mar. Su área de distribución abarca gran parte del Pacífico Norte, desde el norte de Japón hasta la Baja California, en México. Están perfectamente adaptadas para soportar las gélidas temperaturas del océano, incluso pueden pasar toda su vida en el agua. Por ejemplo, no tienen que estar moviéndose constantemente para aumentar la temperatura corporal, lo que les ayuda a conservar energía. Tienen un apetito voraz Estos mamíferos marinos tienen un metabolismo insaciable. Sus mitocondrias, los orgánulos que proveen energía a las células, emiten calor constantemente para que no se enfríen, por eso necesitan un gran aporte de alimento y tienen un apetito tan voraz. Se alimentan principalmente de marisco, y para sobrevivir necesitan ingerir hasta una cuarta parte de su peso. Por ejemplo, un ejemplar adulto de unos 30 kilos de peso necesita ingenir unos 7,5 kilos de carne de marisco. Se reproducen durante todo el año Ello les confiere una ventaja comparativa, ya que no tienen que almacenar energía para un momento determinado. Además, son una de las pocas especies de mamíferos que existen en la que el embrión no se implanta justo después de la fecundación , sino que lo hacen más tarde, un fenómeno conocido como ‘implantación retardada’ y que permite que la cría pueda crecer en condiciones más favorables. Son unos nadadores excelentes Si hay algo que caracteriza a estos mamíferos marinos es la gracilidad y la velocidad con la que se mueven por el agua . No solo son unos expertos nadadores . Además, son capaces de sumergirse hasta 30 metros de profundidad , algo que consiguen en parte gracias a su anatomía. Y es que pueden cerrar por completo tanto sus fosas nasales como sus pequeñas orejas, con lo que no les entra agua. Sus potentes patas traseras, largas, aplanadas y completamente palmeadas, les sirven para propulsarse en el agua. Incluso tienen un quinto dedo que les ayuda a nadar con más facilidad, aunque les dificulta el movimiento en tierra firme. Las patas delanteras, cortas y con garras retráctiles, les sirven para agarrar presas resbaladizas. Se mantienen siempre a flote A diferencia de sus parientes de río, las nutrias marinas se mantienen prácticamente siempre a flote. Lo hacen gracias al aire de sus grandes pulmones, que, además de evitar que se hundan, aportan una reserva extra de oxígeno a su sistema circulatorio , gracias al cual pueden mantenerse sumergidos durante unos 8 minutos. Tienen que generar y conservar el calor corporal constantemente Conservar el calor corporal es fundamental para estos mamíferos marinos de aguas frías. Por ejemplo, para sobrevivir en un entorno tan inhóspito, están obligados a mantener la temperatura , algo imposible si no fuese por su grueso pelaje, provisto de filtros. Los largos pelos exteriores se aplanan e impiden que el agua alcance una capa inferior de pelos solapados. Cuando se acicalan, l as nutrias compactan ese pelaje interior para que tape el aire, lo que les procura un aislamiento perfecto . Hay que tener en cuenta que las nutrias marinas no tienen la gruesa capa de grasa de otros mamíferos marinos, como la ballena, por lo que su pelo es la única defensa que tienen para no perder calor en el agua, donde pasan casi todo el tiempo. Son uno de los pocos animales capaces de fabricar herramientas Durante mucho tiempo, la comunidad científica pensaba que el uso de herramientas era un rasgo característico exclusivamente de la especie humana. La primatóloga Jane Goodall fue la primera en descubrir que los chimpancés que estudiaba en la Reserva de Caza del río Gombe, en la actual Tanzania, insertaban palos en los termiteros . Desde entonces se han documentado muchos otros casos en el reino animal, como, por ejemplo, delfines, pulpos, orangutanes… y también las nutrias marinas. En el caso de estas últimas, utilizan piedras para desprender el marisco. Luego, en la superficie, cascan las conchas para alimentarse de la carne.