Acapulco busca volver a ser la de antes tras el paso de Otis

El huracán destruyó gran parte de la infraestructura de la ciudad. Dos semanas más tarde, algunas localidades continúan sin suministros y las autoridades se esfuerzan en ayudar a la población.

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El huracán Otis, de categoría 5, tocó tierra en Acapulco el pasado miércoles 25 de octubre a las 00:25 horas, resultando en una gran destrucción de la infraestructura de la ciudad: uno de los destinos turísticos por excelencia en México.

Dos semanas más tarde, las autoridades continúan trabajando para restablecer los suministros básicos (agua y luz) en algunas localidades y, mientras tanto, aseguran la distribución de enseres a las 250.000 viviendas afectadas por el suceso. 

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Una infraestructura destrozada

Acapulco es una de las joyas turísticas de México: según los datos más recientes, en la primera temporada turística de 2022 el estado de Guerrero recibió medio millón de visitantes, de los cuales alrededor de 333.000 se alojaron en Acapulco. Además, de forma permanente vive allí casi 1 millón de personas

Desde el pasado miércoles 25 de octubre, cuando el huracán Otis tocó tierra, la ciudad está destrozada. Aunque la ayuda humanitaria tardó entre 2 y 3 días en llegar, ahora -dos semanas más tarde- los esfuerzos por restablecer las comunicaciones están dando sus frutos gracias a la cooperación entre empresas privadas y entidades gubernamentales.

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Huracán sin precedentes

Otis también desconcertó a los expertos: pasó de categoría 1 a categoría 5 en menos de 24 horas, lo que responde a un fenómeno meteorológico denominado "intensificación rápida" (RI, por sus siglas en inglés). En esa ventana de tiempo, el huracán aumentó su velocidad en 185 km/h. 

Solo Patricia, que tocó tierra en la costa de Jalisco y Colima en 2015, superó estas cifras, con un aumento de la velocidad de 193km/h. 

Por este motivo, el impacto en la infraestructura de la ciudad fue devastador y sin precedentes: "No se tiene constancia de ningún huracán de esta intensidad en esta parte de México", exponía el comunicado oficial del Centro de Huracanes del Pacífico Central, organismo dependiente de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).

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Una situación humanitaria

“Lo que importa es atender a 250 mil familias que se quedaron sin vivienda; hay que ayudarlos para construir sus viviendas”, remarcó el Presidente del Gobierno de México, Andrés Manuel López Obrador, en su rueda de prensa del 7 de noviembre. Las cifras actualizadas a 8 de noviembre muestran que hay al menos 48 fallecidos, entre los cuales se encuentran 3 extranjeros, y una treintena de personas desaparecidas, según Associated Press.

Además de trasladar a pacientes graves hacia centros de salud en Ciudad de México para que puedan ser atendidos en categoría de urgencia, el Gobierno ha dado la orden a las Fuerzas Armadas de iniciar una distribución de 250.000 paquetes de enseres domésticos: con camas, estufas, refrigeradores, ventiladores y vajillas. Además, algunos centros comerciales y gasolineras ya han reanudado sus operaciones.

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El puerto, la joya devastada de la ciudad

Los clubes náuticos del puerto de Acapulco son algunos de los enclaves más destruidos por la furia del huracán Otis.

El secretario de la Marina, José Rafael Ojeda, afirmó que se hallaron 29 embarcaciones hundidas en el mar que baña Acapulco, por lo que se comenzaría a recuperar cuerpos una vez se estabilizaran las labores de búsqueda en la Bahía. En este sentido, el capitán Lucio de la Rosa Boscó indicó que de los 48 fallecidos, un 20% fueron hallados en el mar.

El martes 7 de noviembre, el presidente del Gobierno de México, Andrés Manuel López Obrador, realizó su tercera visita al puerto de Acapulco con el propósito de evaluar avances del Plan general de reconstrucción y apoyo a la población afectada. "Hay presupuesto suficiente; se va a invertir en Acapulco como nunca, sin deuda, lo que le corresponde a la gente", afirmó en su rueda de prensa matutina.

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La crisis de suministros

Algunos habitantes de colonias conurbadas de Acapulco, como los de Pie de la Cuesta, continúan sobreviviendo sin agua ni electricidad. Según Médicos sin Fronteras, estas condiciones ambientales, provocadas por inundaciones, deslizamientos de lodo y acumulación de escombros y desechos puede hacer brotar enfermedades infecciosas.

En la ciudad, que no solo abarca la zona costera sino que está compuesta por 234 localidades, se estima que alrededor de 250.000 viviendas se quedaron sin luz y gran parte de los hogares, sin agua. Con esto, las autoridades están realizando tareas de distribución de víveres.

El Gobierno entrega por semana una canasta básica de 24 productos alimenticios a 250.000 familias damnificadas. La población, sin embargo, exige más ayudas y que se restablezcan los servicios básicos por completo.

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El paraíso arrasado

Las autoridades informaron de que el huracán afectó al 80% de la infraestructura hotelera de la ciudad. La mayoría de estos establecimientos se encuentran a primera línea del mar, la zona que concentra más destrucción tras el paso de Otis. 

Los edificios quedaron inhabitables, y un total de 546 turistas fueron evacuados durante los días posteriores al suceso. Además, llegaron aviones comerciales al aeropuerto para continuar desocupando la ciudad de turistas. 

En su última rueda de prensa, ofrecida el martes 7 de noviembre, López Obrador mostró confianza en las labores de reconstrucción al prever que 35 de los 377 hoteles del puerto podrían reabrir para el mes de marzo o abril de 2024, con el objetivo de recuperar cuanto antes el turismo en la ciudad.

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Aumento en la presencia militar

Las primeras horas tras el paso de Otis por Acapulco fueron caóticas. Muchos residentes saquearon las tiendas para obtener artículos de primera necesidad, a la espera de la llegada de autoridades que repartiesen víveres entre la población. 

En las localidades periféricas, otras personas se reunieron el viernes posterior al huracán, el 27 de octubre, en las carreteras para cortar el paso y exigir al Gobierno el envío de refuerzos: "Ayuda con comida y agua" o "Los Coyotes (nombre de la localidad) necesitamos apoyo. Tenemos pérdida total. Estamos sin comunicación" se podía leer en los carteles que sostenían. 

Dos semanas más tarde, desde otros lugares del mundo, los familiares o allegados de los afectados continúan creando grupos de WhatsApp y Facebook para tratar de localizar a sus seres queridos. Y en cuanto a la seguridad de la ciudad, la Secretaría de Defensa anunció el martes 7 de noviembre que incluiría un reforzamiento de la presencial militar para poner freno al aumento de la actividad delictiva.