Los círculos de hadas son uno de los fenómenos más misteriosos y enigmáticos que se pueden encontrar en las regiones áridas del planeta. Estos patrones geométricos son formaciones de suelo desnudo rodeadas de anillos de vegetación que se presentan en vastas extensiones de tierra.

Durante muchos años, se creía que estos círculos eran exclusivos de Namibia y Australia. Sin embargo, un estudio reciente ha arrojado nueva luz sobre este fenómeno, revelando que su presencia es mucho más global de lo que se pensaba.

Imágenes satelitales e inteligencia artificial 

Un nuevo estudio realizado por el Laboratorio de Biodiversidad y Funcionamiento Ecosistémico del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología (IRNAS) del CSIC, y publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), ha demostrado que los círculos de hadas no son exclusivos de las dos regiones del mundo donde se habían observado con anterioridad. 

 

Fotografía horizontal de un círculo de hadas tomada durante la puesta del sol con nubes naranjas en el parque Namib Naukluft
Mark Dumbleton/Shutterstock

Un círculo de hadas fotografiado en el parque Namib-Naukluft de Namibia.

Utilizando tecnologías de imágenes por satélite e inteligencia artificial, los investigadores han identificado estos patrones circulares en 263 zonas desérticas de más de 15 países repartidos en tres continentes. Entre estas regiones se incluyen lugares tan variados como el Sahel, el Sáhara Occidental, el Cuerno de África, Madagascar, el suroeste de Asia y Australia Central.

Los investigadores utilizaron modelos basados en inteligencia artificial para analizar y clasificar las imágenes satelitales. Estos modelos permitieron identificar patrones similares a los círculos de hadas ya descritos en Namibia y Australia Occidental. Este uso de tecnología avanzada ha supuesto un cambio de paradigma en la forma en que entendemos la distribución y la prevalencia de estos patrones.

CÓMO SE FORMAN LOS CÍRCULOS DE HADAS

En el pasado, debido a la limitada geografía donde se habían identificado los círculos, era difícil examinar de manera exhaustiva los factores que contribuían a su formación. Con el nuevo enfoque global, se ha podido analizar una variedad de variables, incluyendo factores climáticos como la precipitación media anual, y factores edáficos (características que determinan las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo) como el contenido de nitrógeno en el suelo. El estudio mostró que una combinación de características específicas del suelo y del clima estaban asociadas con la presencia de círculos de hadas.

Los autores del estudio también analizaron la productividad primaria de la vegetación en áreas con círculos de hadas. Descubrieron que estos espacios presentan una mayor invariabilidad en su productividad, lo cual podría estar relacionado con la provisión estable de servicios ecosistémicos. Este hallazgo abre la puerta a futuras investigaciones sobre la posible utilidad de estos patrones como indicadores de la degradación de ecosistemas en el contexto del cambio climático.

Para futuras investigaciones, los científicos han creado un atlas global y una base de datos detallada sobre estos patrones. Estos recursos podrían ser extremadamente útiles para evaluar cómo los círculos de hadas responden a perturbaciones ambientales y cambios climáticos, lo que podría tener implicaciones significativas para nuestra comprensión de los ecosistemas áridos y su resiliencia.

En resumen, los círculos de hadas ya no son un fenómeno geográfico limitado, sino un enigma global que sigue planteando más preguntas que respuestas. Con la ayuda de la tecnología y un enfoque más globalizado, estamos un paso más cerca de desentrañar este fenómeno natural que ha desconcertado a la humanidad durante generaciones.

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