“Ese tío está loco”. “¿Pero qué es lo que quiere, suicidarse?”. “Me están sudando las manos solo de ver las fotos”. Mientras mostraba las imágenes publicadas en la versión americana de National Geographic y explicaba la hazaña del escalador de Sacramento todos los comentarios que se vertían a mi alrededor iban en esa dirección. Para muchos, la gesta lograda el 3 de junio de 2017 por Honnold, escalar una pared vertical de más de 900 metros sin cuerdas es simplemente una locura. Para otros es la gesta deportiva más impresionante de los últimos años.

Batir el récord de los 100 metros lisos es, sin duda una gesta deportiva de gran mérito; conseguir correr los más de 42 kilómetros de una maratón en menos de dos horas es excepcional; pero la gesta de este escalador de 31 años va mucho más allá. Porque supera lo deportivo. Porque en cada movimiento se juega la vida. Porque no existe casi ninguna persona en el mundo que practique esta modalidad de escalada conocida como "solo integral" debido a su peligrosidad. Y menos en una pared de 900 metros y una graduación de 7c+; (para hacernos una idea, los escaladores aficionados no suelen superar el grado de 6c en una escala de 3 a 9 puntos con graduaciones de A,B y C según aumenta la dificultad, siendo la máxima jamás conseguida el 9b+).
Honnold comenzó su ascensión a las 5:32 de la mañana, al amanecer, por la vía Freerider, y 3 horas 56 minutos después estaba de pie, descalzo y sonriente como si nada hubiera pasado. "Entusiasmado al haber completado hoy el sueño de una vida" explicaba en sus redes sociales. Directo, sincero, llano, cómo es él en la vida real.
Menos de cuatro horas en completar una subida en la que los escaladores suelen invertir unos cuatro días en superar los aproximadamente 37 largos de que consta el ascenso. Bajo sus pies quedaban regletas, fisuras, repisas, salientes y, sobre todas las cosas, una preparación minuciosa, tanto física como mental. De hecho no era la primera vez que Honnold intentaba subir El Capitán sin cuerdas, ya lo había probado el pasado mes de noviembre, pero abandonó cuando llevaba menos de una hora escalando al sentir que las condiciones no eran las propicias.
La semana pasada el mundo del alpinismo se maravillaba de la gesta de Kilian Jornet en el Everest. Ahora es Alex Honnold el que ha dejado con la boca abierta a propios y extraños. ¿Quién dijo que no quedaban retos entre en el mundo de la exploración?