Tras una búsqueda que duró poco más de cuatro días y que finalizó con el hallazgo de restos del Titan, el mundo sigue en vilo por el trágico desenlace de lo que iba a ser un viaje de exploración hacia el pecio del Titanic.
Hasta lo que se sabe, el sumergible sufrió una implosión y sus cinco tripulantes perdieron la vida a alrededor de 3.800 metros de profundidad. Sin embargo, las autoridades no se conforman solo con esa justificación: la Guardia Costera de Estados Unidos ha iniciado una investigación que buscará dar explicación al suceso y plantear nuevas directrices para que no vuelva a ocurrir.
En una conferencia celebrada el pasado domingo 25 de junio, John Mauger, Comandante del Primer Distrito de la Guardia Costera, habló sobre la creación de una junta dedicada exclusivamente a la indagación en la pérdida del Titan y, además, presionó a las autoridades para que valoren imponer sanciones civiles o penales cuando se comprenda cómo y por qué se produjo la tragedia.
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Las autoridades apuntan a que el trágico final del Titan se debió a una implosión.
¿Qué sabemos sobre la investigación?
Es Jason Neubauer, presidente de la Junta de Investigación Marina, quien lidera la investigación, que actualmente se encuentra en fase de recopilación de datos. La Guardia Costera ha declarado que se trata de una operación MBI: el nivel más alto de investigación llevado a cabo. Y que trabajarán para determinar la causa de muerte de los tripulantes y si esta fue provocada por una negligencia en la construcción del sumergible, lo que conduciría a adoptar medidas penales.
Por otro lado, la Oficina de Seguridad del Transporte de Canadá también está implicada en la búsqueda de respuestas. Tras la etapa inicial, se dará lugar a una audiencia pública para reunir declaraciones de testigos adicionales, como miembros del personal de OceanGate, la empresa que organiza estas inmersiones, o personas que participaron en expediciones anteriores en el mismo sumergible.
Ambas entidades trabajarán de forma colaborativa para construir un relato de los hechos, más allá de las acusaciones públicas a la compañía de Stockton Rush, quien también viajaba en el Titan junto a los otros cuatro ocupantes: Hamish Hardin, Paul-Henri Nargeolet, Shahzada Dawood y su hijo de 19 años, Suleman.
Además, la junta de la Guardia Costera de Estados Unidos ha publicado en una nota de prensa que valorará "si es necesario promulgar nuevas leyes o reglamentos, o enmendar o derogar las leyes o reglamentos existentes, para evitar la repetición del accidente", un objetivo que contará con el apoyo de la entidad canadiense.
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Residente de St John's, coloca flores en un ancla en King's Beach, en honor a los tripulantes fallecidos.
El rescate que acabó en tragedia
Una hora y 45 minutos después de sumergirse en el océano Atlántico, la nave nodriza -Polar Prince- perdió el contacto con el sumergible. Solo estaban a 15 minutos de llegar al pecio de Titanic, que era el objetivo de la expedición.
Tras el hallazgo de los restos del Titan, el comandante Mauger afirmó que este había sufrido una implosión catastrófica que acabó con la vida de los pasajeros sin que estos pudieran percatarse.
En la operación de rescate participaron efectivos privados y públicos de Estados Unidos, Canadá, Francia y Reino Unido. Los dos primeros días había esperanza de encontrar a los tripulantes con vida, ya que se esperaba que todavía tuviesen oxígeno disponible en el habitáculo del minisubmarino. Sin embargo, el despliegue de tecnología de rescate, que incluyó el uso de un robot sumergible teledirigido, no fue suficiente.
Aun así, el caso no está cerrado: queda mucha investigación por delante. Y para eso la Guardia Costera de Estados Unidos y la Oficina de Seguridad del Transporte de Canadá seguirán contando con el apoyo de la Junta de Investigación de Siniestros Marítimos de Francia y la Subdivisión de Investigación de Accidentes Marítimos del Reino Unido.