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Cuando Alejandro Magno fundó Alejandría en el 331 a.C. no podía imaginar que una de las 7 maravillas del Mundo Antiguo estaría ubicada en su ciudad. De hecho, nunca lo supo. Ptolomeo I le sucedió tras su muerte y mandó construir un faro de grandes proporciones en la isla de Faros, justo en frente de Alejandría, que sirviera de referencia a los navegantes de la costa que recorrían la costa.
Símbolo y referencia para marineros y navegantes, la torre del faro es una de las maravillas del mundo antiguo que tuvo una vida más larga
Ptolomeo I encargó el faro de Alejandría al arquitecto Sóstrato de Cnido. Según las fuentes escritas y gráficas, se cree que la enorme estructura pudo llegar a medir 160 metros, y estaba formado por cuatro partes diferenciadas. Una planta cuadrangular de más de 30 metros de lado, un segundo cuerpo alargado, un tercer nivel de forma octogonal y por último la estructura más alta. En ella se instaló un espejo que durante el día reflejaba la luz del sol y durante la noche lanzaba a la lejanía la luz de una gran hoguera.
Símbolo y referencia para marineros y navegantes, la torre del faro es una de las maravillas del mundo antiguo que tuvo una vida más larga –aparece en el mapa de Peutinger, del siglo IV d.C. No fue hasta el siglo XIV cuando un seísmo causó su derrumbe.